Superar la timidez, hacer nuevos amigos o mantenerse en forma son algunas de las cosas positivas que experimentan quienes se inscriben en alguno de los centros que ofrecen cursos vacacionales.  Algunos chicos nos cuentan sus experiencias.

¿Cuando estás en vacaciones llega un momento en que te cansas de estar mucho tiempo desocupado? “Me levanto muy temprano, por la costumbre de que me atraso para el expreso, luego vuelvo a dormir hasta las 11h00 y paso con pereza todo el día caminando por mi casa. Es como un tiempo muerto”, dice Jimmy Andrés Domínguez, de 17 años.

Ese “tiempo muerto”, como lo define él, también puede servir para aprender cosas nuevas o explotar aquel talento que sabes que tienes. En Guayaquil existe un abanico de opciones divertidas en las cuales invertir tus horas y tu energía y por eso cada vez más jóvenes se inscriben durante las vacaciones en cursos de teatro, academias de baile o centros para hacer deporte.

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“Todo lo que implica ejercicio es indiscutiblemente bueno para la salud. Inscribirte, aunque sea por dos meses en una actividad como el baile te ayuda a superar la timidez, te libera del pánico escénico y te permite expresar tus sentimientos a través de tu cuerpo”, comenta Ana María Alvarado, directora de una academia de danza que a partir del 15 de febrero empezará a dictar cursos de baile español, árabe, merengue y ritmos de moda.

Geanella Ortiz, de 17 años y bachiller recién salida del colegio María Auxiliadora, opina que para inscribirte en una academia de este tipo, “te tiene que gustar el baile, estar predispuesta a disfrutarlo”.

Por eso, agrega Geanella, antes de meterte en un curso vacacional, es bueno que analices tus gustos y aptitudes. “Cuando estaba en el colegio soñaba con integrar un cuerpo de baile. Esto es algo que ahora me fascina hacer, por eso el tiempo que tengo libre lo ocupo en aprender a hacerlo mejor y me encanta”.

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Pocos de sus amigos conciben a Luis Arévalo, de 22 años, sin su pasatiempo favorito: la actuación. “Estar en la piel de otra persona, pretender que eres otro es una experiencia liberadora”, comenta este joven miembro del grupo de teatro que se formó en los cursos vacacionales de la Casa de la Cultura del Guayas (CCG).

Piero Jaramillo, César Villarroel y Miguel Silva, quienes forman parte de la Sección Artes de la Representación de la CCG, dirigen esta actividad. El martes pasado, el grupo estrenó la comedia teatral Golpe de gracia. “¿Por qué estaría en mi casa sin hacer nada si puedo dedicarme a hacer lo que me gusta?”, reflexiona Natalí Lituma, una compañera de Luis Arévalo. Su madre está de acuerdo. “No es mucho dinero el que hay que invertir, y puedo estar segura de que mi hija está aprendiendo algo sano”, dice. Las clases de teatro y formación actoral en ese centro se iniciaron en tres niveles: básico, intermedio y avanzado con una duración de tres meses cada uno. Los horarios regulares nocturnos son los lunes y miércoles de siete a nueve de la noche.

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Es importante, añade Miguel Silva, que revises los costos de inscripción y mensualidad de los cursos vacacionales.

El Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) también ofrece cursos como ‘¿Y para qué me sirve la televisión?’, que es un taller de criticidad y formación audiovisual. Si tienes menos de 16 años, puedes inscribirte antes del 14 de febrero. Las clases son de lunes a jueves, de 09h00 a 12h00 y los instructores son el equipo de Cefocine, una organización que busca fomentar la criticidad de la comunicación.

Otra opción es la de aprender cine y literatura. En el taller del MAAC (ubicado en Malecón y Loja) que empezará el próximo 15 de febrero, si tienes entre 14 y 17 años, podrás aprender a analizar textos cinematográficos y literarios.

Claro que si, como Julio Ortiz, estudiante del San José La Salle de 15 años, prefieres hacer deporte durante las vacaciones, puedes escoger entre las múltiples opciones de cursos de fútbol, básquet, volei, kárate y natación. “Cuando estaba en clases, trataba de hacer rápido los trabajos para irme a jugar pelota con mis amigos atrás de mi casa. Ahora tengo más tiempo para hacerlo, no quiero perder las horas de entrenamiento”, acotó Julio.

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Carlos Palacios, organizador de los cursos deportivos del San José La Salle, afirma que la espontaneidad del ambiente entre los compañeros del curso es lo que marca la diferencia con la rutina del año lectivo.

La energía propia de la juventud te hace extrañar el estar ocupado. Lilian Jácome, psicóloga especialista en jóvenes con problemas de conducta, afirma que el tiempo que se invierte en desarrollar actividades extracurriculares es beneficioso porque contribuye a la socialización de los chicos. “No se acostumbran a un solo ambiente y descubren que existen cosas que los unen a otras personas. Es una manera alternativa de socializar, de descubrirse en el otro”.

Otra ventaja de inscribirse en un curso vacacional es que no solo encuentras nuevos amigos sino que hasta puedes volver a la rutina de las clases ostentando un nuevo amarre.

El año pasado, casi por estas fechas, Mayra Núñez, una apasionada por el dibujo de 17 años, se matriculó en un taller vacacional de pintura y conoció a Jorge, su pareja actual.

“Este año vamos a inscribirnos de nuevo. Salimos un par de veces y luego ya nos hicimos súper amigos. El curso se volvió algo especial para nosotros”, dijo Mayra.