Indígenas colombianos mantienen este domingo un  bloqueo que iniciaron hace cinco días en la zona de Paraguachó, en el norteño  departamento de La Guajira, en protesta por la persistencia del contrabando de  gasolina en esa región fronteriza con Venezuela.
 
Líderes de la etnia Wayúu discutieron el problema con el presidente Álvaro  Uribe, quien este domingo concluyó en Riohacha, capital de La Guajira, una gira  de dos días por la región limítrofe con Venezuela para constatar las secuelas  que dejó una crisis diplomática con ese país.
 
La reunión con el mandatario no llegó a ningún acuerdo, por lo que la  comunidad indígena decidió mantener el bloqueo en el paso fronterizo de  Paraguachó.
 
Los vendedores de gasolina pertenecientes a la etnia Wayúu manifestaron que  en estos momentos no existen garantías por parte de los gobiernos de Colombia y  Venezuela para la comercialización de gasolina en esa región.
 
Tras conocer la posición de los indígenas en el encuentro, el presidente  señaló que el problema debe manejarse con prudencia y delicadeza. Según  versiones de prensa, Uribe tratará el asunto en una reunión con su colega Hugo  Chávez el próximo jueves en Venezuela.
 
Durante la visita de Uribe a Riohacha, dirigentes indígenas pidieron a los  gobiernos aclarar la procedencia de unos 200.000 galones de gasolina venezolana  que fueron descubiertos en los últimos días en la región.
 
"Acaban de descubrir una caravana cargada con aproximadamente unos 200.000  galones de gasolina y estamos esperando a que las autoridades nos den una  respuesta sobre a quién pertenece ese combustible", afirmó Benito Castilla,  directivo de cooperativa indígena autorizada para la comercialización de  combustible.
 
Los indígenas iniciaron el bloqueo, además de para protestar por el  contrabando de combustible, para presionar a los gobiernos a poner fin al  diferendo que se desató a principios de enero por la captura en diciembre en  Caracas de un jefe de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de  Colombia (FARC).
 
Pero tras una intensa gestión internacional, liderada por Perú, Brasil y  Cuba, las cancillerías de ambos países dieron por superada la crisis la noche  del viernes con un comunicado en que Bogotá expresó "su mayor disposición para  revisar los hechos" relacionados con la captura de Rodrigo Granda, considerado  el "canciller" de las FARC.
 
La confrontación diplomática, en la que Venezuela acusó a Colombia de  violar su soberanía, afectó principalmente el comercio de las poblaciones  fronterizas y provocó una escasez de combustible.
 
En la región fronteriza existe un fuerte contrabando de combustible debido  a que la gasolina en Venezuela es hasta 12 veces más barata que en Colombia.