Un químico estadounidense que examinó el Sudario de Turín, considerado por algunos creyentes la mortaja en que fue envuelta Jesús, dijo que nuevos análisis de la tela indican que podría tener unos 3.000 años de antigüedad. 
 
Raymond N. Rogers, un químico que formó parte del equipo original que en 1978 examinó diminutos fragmentos de la tela, dijo que un nuevo análisis indica que el sudario sería mucho más antiguo de lo que se determinó en los exámenes iniciales, cuando se sugirió que provenía de la Edad Media. 
 
No puedo desmentir (la afirmación) de que esa tela fue la mortaja con que enterraron a Jesús, indicó Rogers, un químico jubilado del Laboratorio Nacional de los Alamos, en Nuevo México, en una entrevista telefónica el viernes desde su hogar. 
 
Los análisis químicos indican   que era un sudario real, que las manchas de sangre eran de sangre verdadera, y que la tecnología usada para fabricar la pieza de tela era exactamente la de esa época, según lo informó (el naturalista e historiador romano) Plinio el Viejo, indicó Rogers. 
 
Se trata de un sudario de alrededor del año 70 de la era cristiana,   pero no podrá determinarse (a través de la ciencia) si fue usado en una persona llamada Jesús, dijo Rogers. 
 
El científico dijo que en el 2003, un científico que asesora al cardenal de Turín, donde se halla el sudario, le proporcionó fragmentos de fibras tomadas de una muestra de radiocarbono antes de ser distribuidas para determinar su antigüedad.
El químico dijo que decidió analizar la cantidad de vanillina que había en la tela. La vanillina es un producto presente en fibras de lino usadas para tejer la trama. La vanillina desaparece lentamente de la fibra en el transcurso del tiempo, a un promedio constante, indicó. 
 
De acuerdo con esos cálculos, una tela de la Edad Media debería haber tenido alrededor de un 37% de vanillina en su entramado para el 1978, el año en que las fibras fueron sacadas del sudario, señaló Rogers. Pero no había prácticamente vanillina en el sudario. Eso hizo que Rogers estimara que la tela era mucho más antigua de lo estimado. Calculó que había sido confeccionada hace unos 3.000 años. 
 
Preguntado por qué la datación de 1978 hecha mediante el método del carbono 14 habría resultado tan equivocada, Rogers dijo,   La gente que cortó la muestra no hizo un buen trabajo. Sugirió que las muestras deberían haber sido tomadas de diferentes partes de la tela. 
 
Rogers dijo que envió los resultados de la prueba de vanillina a las oficinas del cardenal de Turín y a sus asesores científicos, pero que no ha recibido respuesta alguna.