Más de un mes después del devastador tsunami, uno de cada ocho niños en la provincia indonesia de Ache está desnutrido, la amenaza de epidemia todavía ronda los insalubres campamentos de refugiados y la entrega de ayuda es inconstante, señalan dos informes de las Naciones Unidas.
 
Sin embargo, el organismo internacional insistió el viernes en que las cosas mejoran.
 
Sabemos que no son satisfechas las necesidades... (Pero) no estamos ya preocupados porque alguien tenga hambre. Las escuelas están reabriéndose. Eso es una señal segura de recuperación, dijo Bo Asplund, representante de la ONU en Indonesia, en declaraciones a The Associated Press en Banda Ache, la capital provincial.
 
Mientras tanto, rebeldes y funcionarios de Indonesia y Sri Lanka se iban a reunir el viernes para resolver tensiones y asegurar la entrega de ayuda a los sobrevivientes del tsunami del 26 de diciembre, el desastre dejó entre 145.000 y 178.000 muertos en 11 naciones y dejó decenas de miles de personas desaparecidas, y posiblemente muertas.
 
Uno de los informes de la ONU señala la falta de una   respuesta sistemática a las necesidades de la gente y a la coordinación entre varias agencias de ayuda en la remota región costera al occidente de la provincia de Ache.
 
Agrega que las condiciones higiénicas son extremas en algunos de los campamentos de refugiados de la costa oeste, muchos de los cuales carecen de letrinas. Ello ha forzado a la gente a defecar en el campo o cerca de ríos o concentraciones de agua, donde la gente se baña.
 
El fondo para la niñez de la ONU advirtió que el 12,7 por ciento de los niños en Banda Ache padecen desnutrición, lo cual afecta su crecimiento, causa retraso mental y debilita el sistema inmunológico. Unicef señala que la cifra representa una   emergencia capital que requiere de una acción inmediata e indicó que las condiciones podrían ser incluso peores fuera de la capital provincial.
 
Es un descubrimiento aterrorizante. Honestamente, a menos que mejoremos el agua y la higiene en los campos donde se quedan esos niños, esto va a empeorar, dijo Ali Mokdad, investigador de la ONU que encabeza un equipo de investigación de la UNICEF.
 
Luego del desastre del 26 de diciembre, el gobierno de Yakarta y los rebeldes de Ache suspendieron brevemente su guerra civil iniciada hace tres décadas. Sin embargo, ambas partes se acusaron mutuamente de reactivar los combates que amenazan con afectar las acciones internacionales de socorro en la provincia.
 
Las partes iniciarían conversaciones el viernes en Helsinki, Finlandia, para negociar un cese al fuego formal. El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, le ofreció a los rebeldes una amnistía a cambio de un cese al fuego y quiere que desistan de sus demandas de independencia a cambio de recibir la autonomía.