El Papa Juan Pablo II condenó ayer la eutanasia y defendió a los ancianos, con frecuencia “considerados inútiles”, en su mensaje por la Cuaresma.

El Papa, de 84 años, invitó a los católicos a rechazar “una cierta mentalidad que considera inútiles a los hermanos y hermanas cuando sus capacidades están reducidas por los inconvenientes de la edad o la enfermedad”, escribió.

El Papa recordó que “la vida del hombre es un don precioso, que hay que amar en todas sus etapas”, al hacer alusión indirecta a la eutanasia. Citó el mandamiento “no matarás” que obliga a “respetar la vida desde su inicio hasta su crepúsculo natural”.