Agua estancada en parterres y calles, desperfectos eléctricos y molestias a moradores, peatones y choferes de diferentes sectores de la ciudad, son las secuelas que dejó la lluvia que cayó el lunes pasado.

Una de las urbanizaciones afectadas fue la décimo tercera etapa de la Alborada.

En algunas de las aceras se observó agua empozada hasta el mediodía de ayer. Denisse Morán, habitante del sector, aseguró que cada vez que llega el invierno deben prepararse para inundaciones.

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“Todos los años es lo mismo. Gracias a Dios la lluvia no fue muy fuerte porque si no, la inundación continuaría por varios días”, dijo.

Según reportes del Instituto Nacional de Hidrología y Meteorología (Inahmi) durante la lluvia cayeron 29,0 milímetros de agua.  

El problema de la Alborada, fue el mismo en Sauces VIII.

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Conductores de vehículos y peatones tenían que sortear los charcos o esquivar el agua acumulada cerca de las veredas.

Juana Morán, moradora de la manzana 509 de esa ciudadela, indicó que durante la precipitación se fue la energía eléctrica en su casa “Nos quedamos sin luz por un par de minutos, esperemos que no se repita la situación con las próximas lluvias porque se pueden dañar los artefactos”, señaló.

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En la cooperativa Estrellita de Belén (a un lado de la vía a Daule), el malestar era peor.

Algunas de sus calles no están pavimentadas. El lodo y el agua hacían complicado circular por la zona sea a pie o en vehículo.

“Siempre paso por aquí. En invierno todo se vuelve un lodazal. Los autos generalmente son los perjudicados”, aseguró Peter Toala, conductor de un vehículo que transitaba por la cooperativa.