La crisis colombo-venezolana por la supuesta captura de un jefe guerrillero en Caracas comenzó a afectar ayer las exportaciones de carbón colombianas y los acuerdos de interconexión eléctrica.

Venezuela pide a Colombia una disculpa, pues alega violación a su soberanía por lo que considera el secuestro en Caracas de Rodrigo Granda, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el pasado 13 de diciembre.
Bogotá asegura que Granda fue capturado en Cúcuta.

Chávez amenazó con congelar toda relación comercial con Colombia y en inicio prohibió el tránsito de camiones colombianos con carbón por sus carreteras, así como su  embarque en el puerto de Maracaibo, desde donde salía hacia  EE.UU. y Centroamérica.

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La medida, según industriales colombianos, impide la exportación de seis mil toneladas diarias del mineral, provocando incumplimientos de contratos y el probable desempleo a 8.000 trabajadores.

Además, poblaciones colombianas fronterizas están sin electricidad, pues empresas estatales venezolanas se negaron a realizar la interconexión y a vender combustible, pese a los acuerdos vigentes entre ambos países.

Allan Wagner, secretario general de la Comunidad Andina (CAN), integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, calificó de preocupante la crisis, y recordó que las normativas andinas no contemplan la suspensión unilateral del comercio y “tiene efectos en el proceso mismo de integración”.

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Tensión con EE.UU.
También la tensión en las relaciones entre Caracas y Washington se agravó ayer cuando el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, afirmó que EE.UU. “ataca al Gobierno y al pueblo venezolano” al “involucrarse” en la crisis diplomática.

Washington ha pedido “tomar medidas” contra diez guerrilleros colombianos que supuestamente están en Venezuela, además de negar haber desempeñado papel alguno en la captura de Granda, como asegura Chávez.