El ministro español de Defensa, José Bono, señaló ayer que la Iglesia Católica debería realizar una autocrítica para analizar las causas del laicismo, un día después que el Papa afirmara que España sufre una creciente indiferencia religiosa que ponía en peligro su identidad.

Bono dijo que el gobierno español “no es predicador de la cristiandad” y que el Papa es solo “un referente moral”.

Juan Pablo II pidió a los españoles no apartarse de sus raíces cristianas y denunció una “permisividad moral” en España, por políticas del gobierno socialista para aprobar el matrimonio homosexual, impulsar el divorcio e investigar células madre.