Jorge Gallardo acaba de publicar su nuevo libro, La Verdad sobre la Deuda Externa, cubriendo el periodo contemporáneo de la deuda, que se inició a mediados de los setenta. Se trata de una defensa de su gestión (su verdad) cuando es objeto de un juicio instaurado por el ex presidente León Febres-Cordero, y el cual mantiene al Ing. Gallardo fuera del país.

Reestructurado de la deuda
El 21 de mayo, el legislador Febres-Cordero denunció que el gobierno de Noboa pagó “ilegal e indebidamente $ 42,6 millones en bonos globales y $ 5,7 millones por honorarios para reestructurar, en julio del 2000, la deuda externa”, lo cual sumado a las condiciones onerosas ocasionó una pérdida de casi $ 9 mil millones (El Universo, mayo 22 del 2003).

A partir de la denuncia, se inició un juicio contra el negociador de dicha reestructuración, Jorge Gallardo, y el presidente Noboa, quien debió refugiarse en la embajada dominicana y luego salir del país.

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Gallardo califica así la denuncia:
“Solamente una persona que no esté en su sano juicio, y/o sea un ignorante total en temas económicos y financieros, podría aseverar que la negociación de la deuda le ocasionó un perjuicio al Estado por valor de $ 9 mil millones... La acusación maliciosa y temeraria realizada por Febres-Cordero, escudándose en la mal entendida inmunidad parlamentaria, fue acogida presuntamente por el Ministerio Fiscal General, que al carecer de pruebas objetivas que avalen el supuesto perjuicio de $ 9 mil millones, fabricó dos acusaciones sobre la legalidad al pago de honorarios a la firma asesora SSB, y a la utilización de los bonos globales 2030 remanentes que quedaron en Tesorería luego de haber concluido el canje de los bonos Brady y Eurobonos por bonos globales, para contener una segunda crisis bancaria. Estas acusaciones serán desvirtuadas en su oportunidad” (páginas 194 y 195).

Uno de los motivos esgrimidos en el cálculo del supuesto perjuicio, reside en la tasa de interés pactada en los bonos que se emitieron como parte de la reestructuración considerada excesiva, de 12% en los bonos 2012.

Gallardo explica que cuando se reestructuró, las tasas de interés eran altas: “las emisiones realizadas por otros países de la región en el periodo comprendido entre mayo y julio de 2000, devengaban un interés de cupón de dos dígitos, en línea con las condiciones prevalecientes en los mercados de deuda emergente” (página 189).

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Pero si bien el Ecuador acordó el 12% en los bonos 2012, continúa, otra parte de la deuda se reestructuró en bonos a 30 años a una tasa de interés creciente, inicial del 4% y luego del 10%, con lo cual el promedio ponderado del interés del cupón fue de 6,53%.

Cita Gallardo el informe de los peritos en el juicio quienes, trayendo el costo de la deuda al valor presente, y de acuerdo con las hipótesis más razonables, concluyen que “los bonos globales han significado un ahorro en valor presente para el país de $ 750 millones a $ 800 millones de dólares” (página 198).

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El 24 de diciembre, la Fiscalía amparada en el informe pericial, desestimó el caso contra Noboa por el perjuicio en el canje. Los otros dos causales se mantienen.

En un segundo artículo, abordaremos lo que dice Gallardo sobre el manejo de la deuda externa en las últimas dos décadas, y su contraataque a sus detractores.