Las últimas cifras del Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) revelan que el 53,82% de la deuda total que mantienen las empresas distribuidoras por adquisición de energía no cancelada, está en manos de la Empresa Eléctrica del Ecuador (Emelec) y la actual Corporación para la Administración Temporal Eléctrica de Guayaquil (Categ). Ambas han sumado obligaciones por $ 480,89 millones de una deuda total de $ 893,40 millones, acumulada desde abril de 1999 hasta diciembre del año pasado.

Solo las deudas de Emelec –reemplazada por Categ, desde agosto del 2003, a través de un fideicomiso local– llegan a los $ 361,35 millones, monto acumulado entre 1999 y el 2003, según las cuentas del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).

Funcionarios del Conelec, que pidieron la reserva, admitieron que el pago de este monto, correspondiente a Emelec, es incierto. La empresa traspasó sus activos al fideicomiso local y este a la Categ, pero no se ha definido aún a quién le corresponde, legalmente, asumir los pasivos.

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Emelec es una empresa domiciliada en el estado de Maine, EE.UU., pero esa razón social no se usa en Ecuador. Adicionalmente, existe una demanda por la propiedad de la eléctrica que interpuso Miguel Lluco, apoderado del fideicomiso Progreso Repatriation Trust (PRT), en  EE.UU. contra el Estado ecuatoriano.

El pago de las obligaciones que corresponden a la Categ ($ 119,54 millones), comentaron las fuentes, depende del cobro de los montos no cancelados por sus clientes (por consumo de energía) y de un arreglo definitivo en el déficit tarifario (diferencia entre el precio al que compran y venden la energía).

Cobrar una cartera a los morosos reduciría el problema, aseguró Édgar Ponce, representante de los trabajadores eléctricos ante el Conelec. La solución, dijo el titular de la Categ, Bernardo Henriques, es resolver el déficit tarifario.

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Cronología

En 1925, se constituyó la Empresa Eléctrica del Ecuador Inc. en  Maine (Estados Unidos), cuyo objetivo fue la distribución y comercialización de electricidad. El 29 de octubre de ese año, el Municipio de Guayaquil firmó un contrato de concesión con la empresa.

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El 9 de noviembre de 1995 se constituye –nuevamente– Emelec bajo las leyes de las Bahamas. Ese mismo día, también nace la empresa Electroecuador Inc.; su fin: generar energía. El principal accionista era Fernando Aspiazu, entonces dueño del Banco del Progreso.

El 11 de febrero de 1999, el Conelec le otorga a Electroecuador la concesión para la operación de las plantas termoeléctricas Guayaquil, Aníbal Santos y Álvaro Tinajero.

Tras la quiebra del Banco del Progreso, se constituyó (el 12 de febrero del 2000), el Fideicomiso Progreso Depositors Trust (PDT), en las Bahamas; entre sus activos están las acciones de la compañía North Easten Power  Energy Corporation (Nepec), que representan el 100% del capital accionario de las empresas de distribución y de generación. Su fin: canalizar los recursos de ambas al pago a los depositantes.

El 20 de febrero del 2002, la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) y el PDT suscriben un acta para destinar el producto de la venta de las acciones de Nepec a los depositantes. La condición era que si PDT no vendía las acciones, las eléctricas pasarían a la AGD.

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El 21 de julio del 2003 se constituyó el fideicomiso para la generación y distribución de energía y pago a los depositantes del Banco del Progreso y AGD, con los activos de las eléctricas. El 8 de agosto del 2003 se constituye la Categ.