“Cuando era joven no podía permanecer quieta un solo momento. Fastidiaba a mis compañeras antes, durante y después de los entrenamientos. Hacía lo que quería y ahora no, porque dependo de las muletas y tengo una prótesis en la pierna izquierda”, comenta Ana la Miguelito Castro, destacada basquetbolista de 1939 a 1948.

Se inició en el básquet cuando tenía 10 años (nació en Guayaquil, el 24 de junio de 1927). Cuando ingresó en el colegio de señoritas Guayaquil, donde estudió y jugó, le pusieron el apodo de la Miguelito (por el ratón de Walt Disney), porque no había botas para su talla y tenía que utilizarlos dos medidas más grandes y rellenarlos con algodón.

Castro fue seis años campeona consecutiva del torneo intercolegial. “Los colegiales de antes se los puede comparar con los Juegos Nacionales de ahora, por la cantidad de público que iba”, señala.

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Terminada su etapa de estudiante, todos los clubes de la ciudad la querían tener, y cada uno la tuvo. “Era delgada, pequeña y zurda, tenía todo a mi favor. Lo aproveché y jugué para todos los equipo porteños de esa época: Nueve de Octubre, Everest, Liga Deportiva Universitaria de Guayaquil, Liga Estudiantil, Internacional y en el equipo femenino del colegio Aguirre Abad”, afirma.

Conformó la selección de Guayas varias veces. La convocatoria que el tiempo jamás arrancará de su memoria es la de 1948, cuando Guayas venció a Pichincha en Portoviejo. “Fue un partido precioso. Hubo buena técnica por ambos lados y al final ganamos las mejores”, asegura.

En ese mismo año tuvo una lesión en la columna y “ahí empezaron mis penas”.

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“Tuvieron que operarme en la columna. Luego de esa intervención quirúrgica nunca más volví a jugar básquet”, sostiene, mientras un par de lágrimas recorren su mejilla.

Olvidando los inconvenientes de la operación empezó a trabajar como profesora de cultura física en 1949 en los colegios Guayaquil y Aguirre Abad.

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La Miguelito fundó el primer gimnasio femenino del Ecuador en 1960. Sirvió de concentración para la selección ecuatoriana que intervino en los Juegos Bolivarianos de 1974, en el que Ecuador quedó campeón.

Actualmente Castro tiene 51 años de casada con Aníbal Carrillo. Sus hijos son: Elizabeth, Carlos, Jacqueline y Marcos.

Hace dos años (2003) recibió la penosa noticia que debía amputarse la pierna izquierda por causa de la diabetes. “Luego de ser tan activa me era imposible entender que debía perder una de mis piernas para salvar mi vida. Le dije a mi familia que prefería morir a perder la extremidad, además ya estoy vieja. Pero luego me convencieron y permití que me la amputen. Ahora me aferro a la vida por mis cuatro hijos y ocho nietos, que me tratan como a reina, además de mi compañero: Aníbal”, concluye.