Grupos civiles bolivianos ocuparon ayer la oficina regional de Caminos y pasaron a controlar algunos peajes en vías que conducen a Santa Cruz, donde un organización civil empresarial llamó a un  cabildo popular para constituir de facto un gobierno regional autónomo.

Horas después de que el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, acordó acelerar la aprobación de una ley sobre autonomías regionales en un intento por frenar la agitación social, el rector de la universidad Gabriel René Moreno, Julio Salek, anunció la radicalización de una huelga de hambre que involucra a más de 200 personalidades, campesinos y estudiantes.

Cossío pidió al presidente Carlos Mesa revocar el decreto que ordenó a fines del año pasado el incremento en las gasolinas, el detonante del conflicto.

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Salek convocó a una nueva movilización el miércoles en esta ciudad. Mientras en una improvisada asamblea de dirigentes civiles celebrada ayer en la Plaza de Armas de Santa Cruz, el dirigente de los indios guaraníes, Marcelino Care, anunció que desde hoy cerrarán válvulas de las “estratégicas” estaciones de bombeo de hidrocarburos en la Capitanía del Bajo Izozog, donde operan compañías petroleras extranjeras.

Una organización de campesinos, indígenas y colonos expresó su oposición al movimiento autonomista y restó legitimidad a sus líderes.