Tras las citas que las autoridades ecuatorianas mantuvieron con representantes de  bancos de inversión en Nueva York, esta semana, uno de los primeros en evaluar el acercamiento fue el Credit Suisse. En su último reporte, el miércoles pasado, Jan Dehn, uno de los funcionarios del banco, expuso siete conclusiones sobre la situación del país y su intención de buscar “dinero fresco” en  mercados internacionales.

“Creemos que el Gobierno está fuertemente comprometido con una disciplina fiscal”, sostuvo Dehn.

El Credit Suisse resaltó, además, que la intención de las autoridades ecuatorianas al buscar acceso al mercado de capitales “no es financiar nuevo gasto”. Lo cual ofrece una garantía adicional a los inversionistas interesados en una posible emisión de bonos.

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En su reporte, Dehn indicó que el Fondo Monetario Internacional expresó su confianza en la disciplina fiscal del actual Gobierno; y resaltó que las reformas estructurales ofrecidas por Gutiérrez tienen un plan B en caso de que el Congreso no las apruebe.

El banco de inversión evalúa, incluso, el criterio que emitió esta semana el ministro de Energía, Eduardo López, sobre la posibilidad de que el país retorne a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). De concretarse esta decisión no tendría un impacto significativo en el corto plazo sobre la producción o los precios del crudo, sostuvo.

Pese a este optimismo inicial, advirtió ayer Jaime Carrera, integrante del Observatorio de la Política Fiscal, es necesario mirar con cautela.

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La verdadera respuesta de los inversionistas, comentó, se verá reflejada en el nivel de tasas de interés y de plazos que se acepten para los bonos ecuatorianos; por el momento, manifestó Carrera, la confianza está dada por los ingresos que ha generado el petróleo y sus efectos en la economía. “Las reformas anunciadas ayudarían a la solidez económica en el mediano y largo plazo”.

Según Carrera, es indispensable que el Gobierno descarte con claridad la posibilidad de que los recursos que se obtengan en el mercado externo se destinen a financiar un mayor gasto público.

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