Un grupo de mujeres, gimiendo y con los ojos llorosos, camina hasta el altar llevando cheques que equivalen para muchos mexicanos a dos días de salario.

“Quién puede dar 200 pesos (18 dólares) o más? Ven ahora”, dice por el micrófono un joven obispo con acento brasileño mientras auxiliares vestidos de negro, que se asemejan a los amenazantes guardias de seguridad de un centro nocturno, cargan un bolso de terciopelo rojo para recoger el dinero en efectivo.

La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD),  grupo cristiano evangélico con sede en Brasil que promete milagros a cambio de dinero, se expande rápido en México,  segundo país con mayor número de católicos luego de Brasil.

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Los ingresos globales del grupo suman 1.000 millones de dólares anuales, recolectados entre sus seguidores en más de 50 países. La iglesia sobrevivió a investigaciones en Brasil y críticas en otros sitios. En México se le investiga para ver si cumple con la normatividad para grupos religiosos.