El papa Juan Pablo II recibió ayer en el Vaticano a 160 rabinos de todo el mundo, quienes llegaron a la Santa Sede para agradecer a la autoridad religiosa “todos los esfuerzos realizados en sus 26 años de pontificado para reconciliar a las dos religiones y abatir los muros del odio”.

Juan Pablo II reiteró a los rabinos el compromiso de la Iglesia para aumentar el diálogo y la cooperación entre los cristianos y los judíos en aras de la construcción de un mundo basado en el respeto del ser humano y la paz.

La audiencia fue solicitada por la Fundación Pave The Way, de Nueva York, cuyo objetivo, según su presidente, Gary Krupp, es reunir a hombres de buena voluntad más allá de su fe religiosa y sin prejuicios “para abatir con determinación los obstáculos que se presenten (en el camino hacia la reconciliación entre las religiones)”.

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Krupp recordó en su discurso las muestras a favor de los judíos hechas por Juan Pablo II. Entre ellas, el viaje al campo de concentración de Auschwitz al poco tiempo de ser elegido Pontífice, la denuncia del antisemitismo como “pecado contra Dios y la humanidad” y la visita a la sinagoga de Roma, la primera vez en la historia que un papa pisaba un templo judío.

También recordó el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa en el año 2000 y su visita al Yad Vashen, el memorial del holocausto, en Jerusalén.

“Es imposible describir la emoción que estos momentos históricos causaron en los judíos”, afirmó Krupp, quien agregó que con estas acciones el Papa ha intentado reparar las “antiguas grietas en todas las religiones del mundo”.

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El rabino Jack Bemporad, profesor de estudios interreligiosos en la Universidad Angelicum, del Vaticano, presente en el acto manifestó por su parte que Juan Pablo II ha sido el más importante pontífice en las relaciones con los judíos, “talvez porque creció junto a judíos, ha tenido amigos judíos y ello le hizo comprender la situación”.