En los hospitales de la ciudad se atienden cerca de 14 casos diarios. El problema se da debido a la fiebre.

Jonathan Morales ardía aún en fiebre cuando llegó al área de emergencia del hospital Francisco de Ycaza Bustamante. Eran cerca de las 21h00 del viernes 7 de enero y su temperatura llegaba a 40 grados centígrados.

Media hora antes había tenido dos convulsiones debido a la intensidad de la fiebre. “Era la primera vez que le daba, los médicos me dicen que fue por la gastroenteritis”, cuenta –ahora aliviada– su madre, Jajaira Santana, de 23 años.

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El menor, de un año siete meses,  debió ser ingresado a la sala de medicina 3 para tratar el problema digestivo y controlar las convulsiones.

Como a él, el hospital atiende, entre consulta y emergencia, un promedio diario de 10 niños por convulsión febril.

La enfermedad es la causa más frecuente de consulta neurológica y experimenta un repunte durante el invierno.

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Así lo asevera la neuróloga pediatra Gladys Chávez, tratante de esa casa de salud. Ella indica que con los cambios de estación aumentan los problemas respiratorios y gastrointestinales y por tanto las convulsiones febriles que, como su nombre lo indica, son provocadas por fiebre.

El pasado viernes de los catorce pacientes que acudieron a su consulta, once fueron por convulsiones. A ello se suma que en el 2004, el área de emergencia del Hospital del Niño atendió 800 casos de crisis convulsivas.

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De estos, indica la doctora, el 60% fue de tipo febril, que se presenta en niños de entre 5 meses y 5 años. “El paciente tiene un proceso infeccioso, elevada la temperatura y luego tiene la convulsión”.

Sin embargo, aclara que hay menores que pueden convulsionar con temperaturas de 37,5 grados, dependiendo de su sensibilidad y los antecedentes familiares.

En ello coincide su colega Nancy Cárdenas, neuróloga del hospital Roberto Gilbert, donde las convulsiones también han pasado a ser la causa más común de consulta. A diario se atienden cuatro casos, entre primera vez y revisión.

Cárdenas explica que las convulsiones por fiebre son consideradas benignas porque no causan daños neurológicos en el paciente. No obstante, es necesario someter a un chequeo completo para descartar cualquier complicación.

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“Una de las enfermedades que recibimos con cierta frecuencia y que si no se tratan a tiempo dejan secuelas es la meningitis que puede empezar con convulsiones con fiebre, por eso hay que hacer diagnóstico para saber si es por fiebre o bacteria”.

De hecho, indica Chávez, el 4 o 5% de niños que han tenido convulsiones febriles en algún momento pueden llegar a ser epilépticos.

En el Roberto Gilbert, a los menores que han convulsionado se les realiza una electroencefalografía. A pesar de que casi el 100% es normal, dice la doctora, siempre se debe tener un estudio para estar seguros de que no haya daños.

Si no existen complicaciones, el tratamiento es ambulatorio, con medicamentos, aunque en ciertos casos se interna al paciente para tratar el mal de fondo.

Qué hacer

Convulsión
Las convulsiones van acompañadas de fiebre y producen movimientos de flexión y extensión de los brazos y las piernas, se produce desviación de los ojos y cabeza hacia atrás o a un lado, salivación o pérdida del conocimiento.

Enfermedades
La neuróloga Nancy Cárdenas considera básico para prevenir una convulsión el manejo de la fiebre en los menores. Es recomendable bañarlo con agua a temperatura ambiente y aplicar paños en la frente y axilas. También  darles un medicamento (acetaminofen) prescrito por el doctor para controlar la fiebre. La Dra. Gladys Chávez reomienda, además, sumergirlo  cinco o diez minutos en una tina con agua hasta que  la temperatura baje.

Especialistas
A la primera convulsión es recomendable ir a un especialista para descartar algún daño  cerebral.