Durante el 2004, la estatal Petroecuador pudo vender su crudo con un mejor diferencial porque tenía en sus manos la fijación de dicho valor. Aunque el Consejo de Administración de la petrolera (CAD) puso en riesgo las operaciones de comercio internacional cuando fijó diferenciales muy bajos con respecto al mercado.

En enero y febrero del 2004, el diferencial llegó a $ 3,98, cuando internacionalmente el castigo para los crudos de la misma calidad del ecuatoriano era de $ 6,39.

Los informes de Petroecuador señalan que los puntos bajos se registraron cuando las comercializadoras pidieron la revisión de precios ante la política del CAD y, al no obtenerla, terminaron unilateralmente los contratos.

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En abril, tiempo en el que Shell había ganado la licitación, el promedio del diferencial era de $ 7,42; el crudo Oriente se vendió con un diferencial de $ 7,77.

En octubre, Chevron-Texaco no aceptó el diferencial de $ 13,95.

Posteriormente, en noviembre, Petroecuador calculó el castigo para el crudo ecuatoriano en $ 16,7, el mismo monto que se negociaba ese momento en el mercado internacional.

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