La Arquidiócesis de Portoviejo, como otras diócesis, tiene un objetivo o ideal, que orienta su acción; evalúa y traza metas anuales, para acercarse al mismo.

En diócesis, como Portoviejo, algunos de cuyos sacerdotes y religiosas vienen de otras latitudes a colaborar, hay necesidad de someter el objetivo al conocimiento y reflexión de los “nuevos”.

Las preguntas iniciales de algunos de los 215 asambleístas fueron: ¿Es necesario tener un objetivo? ¿Qué hay que cambiar en el objetivo? Si no tenemos un ideal, al que todos nos esforcemos en llegar, no podemos saber si adelantamos, retrocedemos, o caminamos en el propio terreno. Los “nuevos” descubrieron que nuestro objetivo es una formulación concreta de la renovación pedida por el Concilio Vaticano II. Lo pongo entre comillas:
“Construir la Iglesia en Manabí”.– Cada diócesis tiene o debe tener su identidad, su color; que ha de integrarse con los otros colores, para formar, con la guía del Sucesor de Pedro, un arco iris universal: no hay que ahorrarse el dolor de pensar y de proponer, ni el esfuerzo para buscar el equilibrio entre unidad y diversidad. “Que sea comunidad”.– Ser bueno es ser imagen de Dios que es comunidad de vida y amor. Cristo viene a rehacer la comunidad destruida por el egoísmo, que llamamos pecado. La Iglesia que es comunidad fraterna de participantes de la vida de Cristo, encargada de continuar la obra de Jesús, está integrada por laicos o miembros del Pueblo de Dios y por los sacerdotes; quienes, en nombre de Cristo cabeza, forman comunidades concretas, con la Palabra de Dios, los Sacramentos y el compartir fraterno de bienes.

En algunas diócesis se valora la colaboración de la religiosa; quién más que el sacerdote tiene dotes de cercanía e intuición de las angustias y esperanzas de las personas.
“Comunidad dinámica y misionera”.– La tarea del clero consiste en ayudar a que, como ramas de un arbusto, como miembros de un cuerpo, vivamos la vida recibida y demos el aporte propio de cada uno al conjunto. “Comunidad comprometida con la nueva evangelización”.– Si los bautizados amamos a Cristo, Hijo de Dios hecho Hombre, lo hacemos conocer, amar; honramos a Dios, sirviendo al hombre. “Comunidad orgánica”.– Las imágenes bíblicas de arbusto y de cuerpo expresan claramente unidad en la diversidad. Hay que borrar la imagen de Iglesia solo clero, todavía impresa en la generalidad de fieles y miembros del clero.

La corresponsabilidad, que nace de la vida recibida en el Bautismo, se realiza mejor en los movimientos de apostolado laico y en las pequeñas comunidades; en ellas pueden expresarse también los pobres… “En camino hacia el Reino de Dios”.– La Iglesia no tiene fin en sí misma; es inicio y servidora del plan salvífico de Dios.

“En comunión y participación con la Iglesia Universal”.– La Iglesia no es un Imperio formado por reinos o provincias; es comunión de comunidades que participan de la vida de Cristo, guiada en nombre de Él por los obispos, sucesores de los Apóstoles, presididos por el Papa, sucesor de Pedro.