El proceso de facturación impuesto por el Servicio de Rentas (SRI) será pasajero, como ocurrió con el desaparecido Segurito del transporte público urbano, manifestaron vendedores de gas en un recorrido que efectuó  este Diario en Guayaquil.

Gladys Quito, dueña de una distribuidora autorizada al sur de la ciudad, cuenta que entrega notas de venta solo a clientes que lo solicitan, pues asegura que muchos optan por desecharla.

Celeste Ávila, también distribuidora, cree que hay falta de seriedad en el reglamento pues no lo cumplen todos los sectores. Según ella, los transportistas que llevan el producto desde la planta envasadora hacia los puntos de venta no entregan ningún documento.

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Fanny Álvarez, empleada de una distribuidora del norte de la ciudad, asegura que sus clientes, la mayoría taxistas, no presentan la cédula por temor a futuros controles en la cantidad de cilindros comprados. Cada taxista adquiere en promedio dos  por día, agregó.

En el norte de la ciudad el cumplimiento es irregular,  manifiesta Walter Arzube, distribuidor de gas, quien además afirma que la delincuencia quiere aprovecharse de la situación con visitas de falsos funcionarios.