A raíz de la terrible catástrofe natural en Asia (el tsunami que hubo en diciembre) se ha intranquilizado a la opinión pública con predicciones de posibles maremotos o terremotos en nuestras costas.

Ante infundadas informaciones y profecías, debemos  puntualizar que los fenómenos sísmicos (terremotos, tsunamis) que se producen, no son cíclicos ni se repiten por periodos determinados; son eventos imprevistos. Nuestras costas, con las de Colombia, Perú, y Chile, forman parte de una zona sísmica de alta actividad que es propensa a estos fenómenos. Todavía la ciencia no está en capacidad para detectar estos eventos antes que se produzcan.

Ante esta situación, el peligro de que sucedan estos sismos es latente, pero se pueden atenuar sus consecuencias siempre que el Estado patrocine una sólida política de prevención de desastres, que a la larga sería más económica y salvaría más vidas ante un desastre similar al asiático. Debe haber una coordinación, comunicación, e instrucción permanente de la población con los organismos de Defensa Civil, instituciones públicas científicas, FF.AA., etcétera, que es el eslabón más importante de esta cadena; ya que ni los Sistemas de Prevención de Tsunamis (TWS, en inglés) no funcionarían sino se cumplen estas condiciones, como sucedió en el maremoto de Asia.

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Ing. Omar Jijón Guerrero
Guayaquil

La furia incontenible de la naturaleza demostró la irresponsabilidad con la que la humanidad ha considerado la prevención de los desastres naturales.

Los países afectados por el tsunami tendrán un balance trágico que superará fácilmente las doscientas mil víctima, tomando en cuenta que son pueblos donde por las condiciones de pobreza, no cuantifican con exactitud a sus habitantes. Ahí salta la interrogante: ¿Podrían haberse prevenido sus consecuencias y reducirse el saldo fatal? Los entendidos dicen que sí existen medios tecnológicos que podían haber detectado a tiempo el desastre, pero que por sus elevados costos no estaban instalados.

Entonces aflora el coraje que deben sentir millones de personas en el mundo.
¿Qué hacen las superpotencias? Estas, a nombre de salvar a la humanidad del “terrorismo”, atacan naciones enteras con genocidios que harían sonrojar a Hitler, y se ufanan por probar la “madre de todas las bombas” y más inventos bélicos, en que el costo de un solo proyectil arrojado con la soberbia de ser amos, podría haber salvado de la muerte a miles de humanos que viven en esas tierras; que son solo el vergel paradisiaco de las mismas superpotencias que ven en estas el placer turístico que les brinda el desarrollo del despilfarro, sin importarles el desarrollo de esos pueblos.

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Otro desastre se viene y con el “made in” superpotencias, la destrucción de la capa de ozono, sin embargo, nadie adopta la rebeldía mundial, para que se respeten los acuerdos internacionales que débilmente obligan a estos países a remediar el daño causado.

Jorge Pávicich Lince
Guayaquil

Cada cierto tiempo suceden en el mundo y en nuestro país desgracias no solamente naturales, sino por otros factores, como la que se dio hace poco en una discoteca en Buenos Aires, Argentina, debido a la falta de control de parte de los bomberos y autoridades locales que dan permisos para el funcionamiento de esos lugares.

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Si se preparara al personal que en esos sitios de distracción labora y a las personas que concurren se les indicara que hay puertas de escapes, extintores y detalles precisos de su manejo; y si mientras bailan, se pasaran mensajes en pantallas, se evitarían tantas muertes, especialmente de gente joven que es la que más concurre a esos locales.

No ocurrirían tantas desgracias por falta de una política que esos clientes tienen pleno derecho a exigir, de las autoridades responsables, de dar seguridad.

Ramón Sucre Méndez Paredes
Durán