Un total de 46 miembros de la comisión electoral palestina, entre ellos dos altos funcionarios, renunciaron este sábado denunciando haber sido presionados por la campaña de Mahmoud Abbas y oficiales de inteligencia para que cambiaran súbitamente los procedimientos de votación durante los comicios presidenciales. 
 
Mientras el Comité Central de Elecciones se reunía el 9 de enero, día de los comicios, para analizar los cambios solicitados, fueron disparados balazos contra la sede del comité. Funcionarios electorales dijeron que habían reconocido al menos a uno de los pistoleros como un integrante de la inteligencia palestina. 
 
Dos altos funcionarios de la comisión, Ammar Dwaik y Baha al-Bakri, renunciaron en las primeras horas del sábado. Posteriormente, se anunció la renuncia de otros 44. 
 
Esos empleados renunciaron luego de enterarse de nuestras renuncias. Eso demuestra que lo ocurrido es muy serio, y que no debería suceder otra vez, indicó Dwaik. 
 
Las renuncias plantearon dudas sobre las elecciones del 9 de enero en que Abbas obtuvo una abrumadora victoria, aunque los funcionarios que renunciaron dijeron que las presuntas irregularidades no afectaban en gran medida los resultados finales. 
 
Abbas, quien obtuvo el 62,3% de los votos, se juramentó el sábado como presidente de la Autoridad Palestina. 
 
Esas presiones y amenazas afectan la integridad de la elección, aunque en líneas generales fue libre e imparcial, dijo Dwaik, vicepresidente de la comisión. 
 
Durante los comicios, las mesas electorales debían estar abiertas durante 12 horas, hasta las 19.00. Sin embargo, varias horas después de abrirse las urnas, escasas personas habían acudido a votar. Y eso era un motivo de preocupación para Abbas, quien aunque era el principal candidato, necesitaba una victoria decisiva para poder obtener un mandato y negociar la paz con Israel. 
 
Recibimos la visita de altos funcionarios de la campaña de Abbas,   y fuimos presionados para cambiar los procedimientos en el día de las elecciones, dijo Al-Bakri. 
 
Durante la reunión, fueron hechos varios disparos contra la sede de la comisión en la ciudad de Ramala, en Cisjordania. Al final, la comisión decidió ampliar las horas de votación y permitir a los sufragantes emitir su voto en cualquier lugar, no en sus sitios de residencia. 
 
El cambio permitió a miles de miembros de las fuerzas de seguridad, en su mayoría simpatizantes de Abbas, depositar su voto cerca de sus puestos, en lugar de viajar a sus sitios de residencia, algunos de ellos muy alejados.