En cantones como Balzar y Daule se empezó a cultivar maíz y arroz. Los campesinos temen un “veranillo”.

La celeridad con que varios agricultores iniciaron esta semana la siembra de maíz y arroz en algunos  sectores del cantón Balzar, tras una leve lluvia registrada la noche del lunes, contagió ayer a Santo Arana, de 31 años, y dueño de dos cuadras en el recinto Los Amarillos.

El hombre de piel curtida por el sol decidió manipular su espeque (herramienta con punta) para hacer orificios en la tierra y colocar una a una las semillas de maíz que compró hace pocos días.

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Aunque su hermana, Natividad Arana (29), quien le ayudó en esa faena, no ocultó su preocupación. En ella persiste el recuerdo del invierno del año pasado, cuando el “veranillo”, como denominan en el campo a la carencia de lluvias, le generó pérdidas de más de 300 dólares. Es que gran parte de su maíz se secó faltando poco tiempo para la cosecha.

“La tierra no está tan húmeda como debería”, explicó la mujer, mientras señalaba la mano derecha de su hermano, protegida por un guante. “Espequear el terreno cuando está falto de agua, le lastima. Pero si no se lo hace ahora, nos retrasamos más”, añadió.

Las pocas lluvias registradas desde mediados de diciembre motivaron a Cliofe Villamar, de 43 años, y propietario de nueve cuadras en el recinto San Clemente, a cultivar su tierra poco a poco para no arriesgar mucho dinero. El lunes pasado, cuando el cielo le anticipó que podrían darse lluvias, movilizó una cuadrilla de agricultores para sembrar dos cuadras y media de maíz.

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Otra parte de su terreno destinada para cultivar arroz permanece intacta, aunque con químicos para evitar que crezca maleza. “No la voy a trabajar hasta que las aguas caigan normalmente”, anunció.

Su decisión y la de muchos otros agricultores en esta materia, no se basa en predicciones meteorológicas. La falta de acceso a esta información les hace confiar en las estrellas, el color de las nubes y lo “platinado”, afirman, que esté el sol.

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En ese sentido, la experiencia de Sedelonio Salavarría (68) y agricultor de la precooperativa Jesús María, del cantón Daule, le permitió planificar en qué tiempo bombear agua hacia sus dos cuadras de arroz. Aplicó este método, junto a 24 campesinos con los que trabaja en el sector, y a finales del mes pasado preparó el terreno para sembrar la gramínea. No ocurrió lo mismo en el recinto El Tintal de Adentro, de ese cantón, donde Remigio Ruiz (62) tiene una antigua bomba, pero no suficiente líquido  para el  cultivo.

Cerca a sus cuatro cuadras destinadas a la siembra de arroz, está el estero de Los Jazmines, que luce casi seco por las escasas lluvias. El trabajo en la tierra se complica por los costos que genera. Además de las semillas, abonos y químicos, se invierte en el pago de mano de obra: $ 4 a $ 5 diarios el jornal.

184 MIL HECTÁREAS
De arroz se cultivan en  Guayas, según datos del último Censo Nacional Agropecuario, realizado en el 2001; la actividad da empleo al 22% de la población.

101.935 TONELADAS
De maíz se produjeron en las provincias de Guayas, Los Ríos y Manabí,  en el invierno del año pasado,  reportan cifras del Consejo Consultivo del Maíz, a abril del 2004.

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