Finalizó el 2004 en un abrir y cerrar de ojos, y las ilusiones de mejores días desaparecieron en un túnel oscuro de corrupción, coyoterismo, compra de conciencias, falacias... Transparencia Internacional nos ubicó en el primer puesto del mundo como el país con el Gobierno, Parlamento y partidos políticos más corruptos. Es decir, tenemos un líder de la corrupción, por permitirla y no combatirla,  causa de su desgobierno y fracasos. El pueblo le exige un cambio de rumbo para recobrar la dignidad perdida y que gobierne con un capital humano con aptitudes.

Santa Marianita vaticinó que al Ecuador lo destruirían los malos gobiernos y no las catástrofe naturales. Da la impresión que se está cumpliendo. Que este año no sea de ofrecimientos y mentiras, y que se haga realidad la reivindicación en bien de los más pobres del país.

Héctor García Rivera
Guayaquil

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Deseo que nuestro Ecuador mejore cada día, que la gente tenga más cultura y la economía cambie para que todos los que quieran trabajar lo puedan hacer.

También deseo que los ecuatorianos aprendamos de otros países, su limpieza y buenas costumbres en general, y que la situación sea favorable para los que están lejos de su patria y desean volver.

Carlota Morán S.
Jerusalén, Israel

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Espero que los ecuatorianos comencemos a valorar nuestras raíces y tradiciones. Para lograrlo, necesitamos que medios de comunicación y empresas publicitarias den sobre todo prioridad a lo nuestro.

Por ejemplo, que para la Navidad de este 2005 se promocionen adornos navideños nuestros, comidas típicas de nuestras regiones, pues durante la época navideña del 2004 y de cada año observamos cómo en nuestro Ecuador no se cultivan nuestras tradiciones. En esa época nos preocupamos en adornar casas, negocios, con figuras de muñecos de nieve, renos, papá Noel y muchas otras cosas, producto de la importación cultural de la que somos parte; y en el mercado se ofrecen pavos “americanos” como el manjar más exquisito.

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La globalización tiene sus efectos, pero por favor, no dejemos que se pierda nuestra identidad cultural como país.

Carlos Miranda
Guayaquil