El gasto de un dólar en pasaje y aguantar el hambre del mediodía no fueron suficientes para que Sonia Peñafiel lograra que su hijo Jilson Salazar, de 9 años, recibiera atención médica.

El menor y su madre llegaron en bus desde la cooperativa Nigeria, a la altura de la vía Perimetral, porque desde hace dos meses tenían reservada la cita con el odontólogo, para cambiar los calces de sus muelas. Sin embargo, su consulta no fue posible ayer.

La puerta metálica que conduce a la consulta externa del hospital Francisco de Ycaza Bustamante amaneció cerrada, debido al paro preventivo –de 48 horas– que los trabajadores de la salud de Guayaquil iniciaron ayer.

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Como él, los 500 niños que en promedio son auscultados cada día no recibieron atención. La mayoría fue derivada al área de emergencia que, de acuerdo a la jefa, Alba Franco, registró un incremento de 180 pacientes en su atención.

La medida, según Marlon Robins, secretario general del sindicato de trabajadores de esa casa de salud, es un preámbulo de lo que será la huelga nacional indefinida del próximo 17 de enero en todo el país, en demanda del cumplimiento de la firma del noveno contrato colectivo.

Los salubristas exigen las asignaciones presupuestarias para los centros y hospitales y la restitución de los derechos laborales de los trabajadores que, según Robins dijo, están congelados desde el 2004.

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El dirigente indicó que el gremio se opone a los procesos de municipalización de la salud y al anuncio del Gobierno de reducir 5.000 trabajadores públicos.

De no tener respuesta hasta hoy, indicó, el lunes las 240 áreas de salud y los 14.059 trabajadores agrupados en Osumtramsa (Organización Sindical Única Nacional de Trabajadores del Ministerio de Salud) irán al paro.

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Robins y cerca de 50 salubristas marcharon hasta la Gobernación del Guayas para pedir al gobernador, Efrén Roca, que interceda con sus pedidos ante el gobierno.

Roca se comprometió a hablar con el presidente Lucio Gutiérrez, y el ministro de Salud, Teófilo Lama, para analizar sus posturas, y los convocó a una reunión el 25 de enero.

Mientras tanto, la atención seguirá paralizada en los hospitales de la ciudad.
Sonia Peñafiel y su hijo llegaron a las 11h00 al hospital y esperaron hasta las 13h30, para ver si lograban cambiar la cita para otra fecha. Su pedido no tuvo eco. Les dijeron que vuelvan mañana para ver cuándo le dan turno. “Vinimos sin comer para estar a tiempo y me encuentro con que hay paro. Solo espero que el 19 que tengo cita con otro médico, porque mi hijo sufre de epilepsia, no estén en paro”, dijo.

La situación fue idéntica en los hospitales de Infectología y Guayaquil. No se atendió en consulta externa, solo en emergencia y hospitalización.

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