Por dos años consecutivos, las pérdidas de energía eléctrica producidas en las empresas distribuidoras por falta de mantenimiento, eficientes políticas administrativas y robos por parte de los usuarios, no se han reducido del 23%.
Esto significa que por cada 100 dólares que facturan  se pierden $ 23.

Según las estadísticas del Consejo Nacional de Electricidad (Conelec) hasta octubre del año pasado, las 20 empresas de distribución eléctrica –18 de ellas de propiedad del Estado– registraron un promedio del 23,66% de pérdidas entre técnicas (administrativas) y no técnicas (robos).

Los datos hasta diciembre del 2004 se conocerán en las próximas semanas, cuando las distribuidoras transfieran la información al Conelec.

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En el 2003, las pérdidas alcanzaron el 23,47%. Sin embargo, Fernando Gómez, funcionario de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), afirmó que el año pasado las eléctricas terminaron más o menos en ese promedio.

Las compañías con más problemas son las de la región Costa, sobre todo la Empresa Eléctrica Guayas-Los Ríos (Emelgur), que contabilizó a octubre pasado el 41,40%. Le siguen la de Milagro con 39,74%, Sucumbíos con 35,94%, Manabí con 34,73%, Santa Elena con 31,70% y El Oro con 30%.

Frente a esas cifras, las autoridades del sector intentarán este año concretar más montos para inversiones.

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Gómez aseveró que para bajar un punto en las pérdidas negras se requieren al menos $ 1,5 millones. Dinero que no está a disposición de las distribuidoras y que cuentan con un déficit tarifario (diferencia entre el precio del kilovatio hora producido y el vendido) que el Gobierno amplió para este año.

Solo en la EEQ, dijo, se requieren unos cinco millones para reducir los tres puntos que están sobre la media internacional.

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De acuerdo con datos del Fondo de Solidaridad, los parámetros internacionales permiten pérdidas entre el 10 y el 12% máximo. El punto crítico del sector es que no hay recursos económicos para opacar el problema más grave: la falta de inversión.

Anualmente se requieren de 30 a 40 millones de dólares solo para suplir la creciente demanda eléctrica del país, mas no para mejorar el sistema de generación o reducir las tarifas.

Pese a la falta de recursos, las autoridades esperan disminuir en al menos cinco puntos las pérdidas negras en el 2005.