El gobierno peruano inició desde el sábado una ofensiva mediática  relámpago para evitar que el Congreso censure hoy al gabinete  ministerial, durante el debate sobre la asonada del líder indigenista Antauro Humala que dejó seis muertos.

Una censura al primer ministro provocaría de forma automática la dimisión de todo el gabinete y desataría una crisis en el gobierno del presidente Alejandro Toledo, cuya popularidad fluctúa entre 10 y 12%.