Funcionarios del Ministerio ecuatoriano de Bienestar Social viajaron este domingo a la Amazonia para intentar dialogar con los indígenas que mantienen retenido al ministro Antonio Vargas, como forma de presión para conseguir cambios en la dirección de una organización indígena.
 
Bolívar González, viceministro de Bienestar Social, encabeza el grupo de funcionarios que intentará conversar con Luis Vargas, indígena que, según el viceministro, reclama la dirección de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae).
 
González dijo que van con ordenes del jefe de Estado, Lucio Gutiérrez, para que se agoten todos los esfuerzos para resolver la situación.
 
Unos ochenta indígenas, armados con lanzas, mantienen retenido a Vargas, su esposa y cuatro hijos en su vivienda, en un intento por presionar a que éste influya en la Confeniae, ahora liderada por José Quenamá, para que cambie de dirección.
 
El viceministro considera desproporcionada la acción de los indígenas a los que llama "disidentes de la Confeniae", pues se trata de una organización independiente, por lo que Vargas no tiene autoridad para decidir sobre los líderes.
 
Junto con González viajaron personas encargadas de la seguridad del Ministerio, mientras en Quito, se reúnen otros funcionarios y colaboradores de Vargas para trasladarse a la Amazonia.
 
René Iñiguez, asesor del ministro, precisó que viajarán para presentar su "solidaridad" a Vargas, indígena oriundo de Pastaza.
 
Vargas, quien suele pasar la mayor parte de la semana en la capital ecuatoriana, tiene a su familia en la localidad de Unión Base, a unos 12 kilómetros de la ciudad del Puyo, capital de la provincia amazónica de Pastaza, fronteriza con Perú.
 
De la situación de Vargas sólo se conoce hasta el momento que permanece en el interior de su vivienda con su familia, pero que se encuentra en buen estado de salud.
 
En conversación telefónica treinta minutos después de la retención, Vargas dijo a González que el "secuestro" se produjo sin violencia a primeras horas de la noche del sábado.
 
"Han rodeado totalmente la casa y tienen cercada a la familia, no pueden entrar ni salir", subrayó González.
 
La presencia de Vargas desde el año pasado en el gabinete de Lucio Gutiérrez generó polémica en Ecuador donde la organización indígena más influyente, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), se apresuró a aclarar que no los representa.
 
La Conaie ha calificado constantemente a Gutiérrez de "traidor" por no haber cumplido con su oferta de campaña de dar una mejor calidad de vida a los sectores más pobres.
 
El movimiento indígena quedó alicaído tras los seis meses en los que participó en el Gobierno de Gutiérrez, al que ayudó a llegar a la Presidencia apoyándolo desde la campaña electoral de 2002.
 
En ese año, Vargas también terció en las elecciones, apoyado por su agrupación "Amauta Jatari", pero obtuvo poca votación.
 
La situación empeoró aún más entre los indígenas una vez que, separados en malos términos del Gobierno, vieron emerger a Vargas como aliado de Gutiérrez.
 
La gestión de Vargas en el Ministerio ha sido criticada por diversos sectores, entre ellos el Parlamento, que en noviembre pasado lo censuró en ausencia por supuestamente derrochar fondos públicos.
 
La decisión del Parlamento fue sólo una sanción moral pues ya no tiene potestad para destituir ministros.
 
En una de las más recientes polémicas, continúan las críticas contra Vargas por su plan de vivienda para los pobres, pues su oferta inicial de entregar casas se ha reducido al anuncio de que regalará terrenos para que los beneficiarios construyan.
 
Allegados a Vargas calculan que cada casa podría costar unos 2.000 dólares, pero arquitectos e ingenieros consultados consideran extremadamente modestos esos cálculos.
 
En años anteriores, el ministro Vargas fue presidente de la Conaie e integró, en el año 2000, un efímero triunvirato con Lucio Gutiérrez (a la sazón coronel en servicio activo) y el abogado Carlos Solórzano, tras ser derrocado el entonces jefe de Estado, Jamil Mahuad.