El Eurostar se benefició en el 2004 –y sigue aprovechándose ahora– del efecto Da Vinci, que ha reavivado en los turistas británicos el interés por París, quienes no dudan en visitar los lugares evocados en el libro más vendido en Gran Bretaña.
“No hay duda de que en París hemos observado lo que denominamos efecto Código Da Vinci”, declaró Paul Charles, director de comunicación de Eurostar, la sociedad internacional que gestiona el tren de alta velocidad que une Francia y Bélgica a Gran Bretaña.
Según este, la novela esotérico-religiosa de Dan Brown, que sigue a la cabeza de ventas en Gran Bretaña y Francia, ha devuelto las ganas de visitar la capital francesa a los británicos, que en los últimos años la habían relegado en sus preferencias. Los turistas se precipitan al museo del Louvre, donde se inician las aventuras del profesor Robert Langdon.