El maremoto en Asia es también un juego geopolítico en el que EE.UU. busca mejorar su imagen ayudando a los musulmanes e India a reafirmar su carácter de potencia regional.

“Es muy pronto para decir si EE.UU. mejoró su imagen” pero comprendió muy rápido que era necesario pasar por la ONU y que la acción de sus militares ha sido muy eficaz”, afirmó Jean-Luc Racine, del Centro de Estudios de India y Asia.

EE.UU. quiere “probar al mundo que una superpotencia puede ser generosa”, dijo el diario francés Le Monde.

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India, que tuvo 16.000 muertos por el tsunami, rehusó la ayuda internacional e incluso tendió la mano a Sri Lanka, Indonesia, Maldivas y Tailandia.

“India demostró que es la gran potencia regional (...) jugó quizás demasiado la carta nacionalista, pero la tragedia le permitió mostrar su nuevo rango”, según Racine.