Una poderosa tormenta trajo en los últimos dos días lluvia, hielo y nieve al centro y el noreste de Estados Unidos, lo que privó de energía eléctrica a miles de personas y obligó a los quitanieves a funcionar sin interrupción para despejar las carreteras.

La nieve y el hielo, junto con los temores de posibles inundaciones, obligaron al cierre de centenares de escuelas, y la crecida de las aguas aisló a diez familias en Ohio.

Casi 25 centímetros de nieve cayeron en el aeropuerto internacional O’Hare, lo que obligó el jueves pasado a la cancelación de más de 300 vuelos, además de los 1.000 suspendidos la víspera, dijo Kristen Cabanban, vocera del Departamento de Aviación de Chicago.

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Las carreteras se hicieron resbaladizas por el hielo durante la hora matinal, y las advertencias de nevadas se extendían desde Wisconsin hasta la costa oriental del país.

En Omaha, Nebraska, cayeron 36 centímetros de nieve y más de 30 cubrieron partes del sur de Wisconsin.

Caída de nieve
Las nevadas se extendieron el jueves a lo largo de la costa oriental de Estados Unidos. Casi 16 centímetros cayeron en Wantage, Nueva Jersey, al mediar la mañana. Jamestown, en la parte occidental del estado de Nueva York, recibió 30 centímetros, y la mayor parte de las escuelas en las zonas rurales del sudoeste del estado fueron clausuradas.

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La tormenta hizo que la temperatura descendiera a 38 grados centígrados bajo cero en Big Fork, Minnesota, y a 30 bajo cero en Valentine, Nebraska.

El hielo abatió las líneas del tendido eléctrico en muchas de las zonas afectadas.
En Ohio, por ejemplo, más de 179.000 usuarios residenciales y comerciales se quedaron sin electricidad, más de 100.000 en Indiana y casi 100.000 en Kansas.