Lauré Capodza, surfista al igual que toda su  familia, es una amante de las grandes olas, pero estos días, en lugar de  recorrer las costas californianas, trabaja a contrarreloj junto a colegas de  "Surf Aid International" para ayudar a las víctimas del maremoto en Asia.
 
La oficina de Surf Aid International en Encinitas (sur de California) no  descansa para ayudar a una zona que conoce bien: la isla de Nias, al oeste de  Sumatra (Indonesia).
 
Esa isla es un lugar de peregrinaje de surfistas del mundo entero en busca  de la mejor ola, pero también uno de las más devastados por el maremoto del 26  de diciembre, por encontrarse a pocos km del epicentro del sismo.
 
"Para nosotros era lógico ayudar a Nias. Estábamos en una posición única",  contó a la AFP Capodza, de 37 años, miembro del directorio de Surf Aid  International. "Pudimos responder inmediatamente", indicó.
 
La organización fue creada por un grupo de surfistas cuatro años atrás con  el objetivo de colaborar con los habitantes del archipiélago de Mentawai, uno  de los más codiciados destinos del surf por sus consistentes olas, ubicado a  281 km de la pequeña isla de Nias, sacudida por el sismo.
 
El emprendimiento comenzó cuando el médico neozelandés Dave Jenkins  -fanático del surf- visitó la zona. Apenas llegó a las islas conocidas como la  "Disneylandia del surf", se dio cuenta que "mar afuera", se escondía una  verdadera tragedia humana, con un alto porcentaje de la población enferma de   malaria.
 
"Hay una contradicción total entre nosotros los visitantes de la isla, en  su mayoría surfistas (90%) y los lugareños", dijo Capodza, quien visitó la zona  en noviembre de 2003.
 
"Ya teníamos los médicos en la zona, teníamos nuestras unidades y ahora lo  que hemos hecho es enviar refuerzos para colaborar con la zona", añadió.     
 
Desde que se pusieron manos a la obra con avisos en su página web y envío  de efectivos, la ayuda fue rápida y mucha.
 
"Es la manera que tenemos los surfistas de agradecer a la población de  estas islas por cómo nos han acogido a nosotros", subrayó.
 
"Hemos obtenido una significativa ayuda. En los últimos tres días hemos  recolectado 30.000 dólares de donativos individuales. ¡10.000 al día!",  exclama.
 
Compañías de vestimenta de surf como Quick Silver y Billabong ofrecieron  generosos donativos, junto a la conocida marca Reef.
 
"La comunidad del surf no tardó en reaccionar. ¡Incluso el gobierno  neozelandés nos prometió 300.000 dólares!", se jactó.
 
Según reportes, más de 270 personas fallecieron en la pequeña isla de  500.000 habitantes y al menos 5.000 familias quedaron sin hogar.
 
Capodza, madre de tres hijos, enfatiza en todo momento que su pasión por el  surf no fue la razón por la que se unió al grupo.
 
"Fue sobre todo una opción humanitaria. Claro que me gusta el surf y lo  disfruto mucho. Pero es la idea de que puedo impactar tantas vidas lo que vale  para mí", dice la madre de tres hijos.
 
"Es por ellos que lo hago también", añadió.
 
En el futuro Capodza planea viajar a las islas indonesias junto a sus   hijos.
 
"Quiero que ellos conozca la belleza de la zona, ¡no se lo pueden perder!",  narró.
 
Al ser interrogada sobre si le da miedo introducirse en las aguas del  Océano Indico, Capodza reflexiona por algunos instantes y responde:
 
"No, creo que no. Tengo un poco de miedo después de la tragedia. Pero no  tanto como para dejar de meterme en esas aguas", enfatizó.