El mundo necesita un “nuevo plan Marshall”, afirmó ayer el ministro británico de Finanzas, Gordon Brown,  quien llamó a un nuevo trato entre países ricos y pobres que requiere el alivio o  condonación de la deuda de las naciones en desarrollo.

“Tenemos en el 2005 una oportunidad única para impulsar un nuevo Plan Marshall para el mundo en desarrollo: un nuevo acuerdo entre países ricos y pobres, pero uno en el que los países en desarrollo no son suplicantes sino  socios”, dijo Brown.

En un discurso titulado Desarrollo internacional en 2005: desafíos y  oportunidades, el ejecutivo de Finanzas británico llamó a “garantizar que los  países pobres más endeudados obtengan un alivio de su deuda para que puedan  financiar el desarrollo de sus sistemas de salud y de educación”.

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Brown subrayó que este nuevo plan se ha vuelto más urgente tras la  destrucción provocada en naciones asiáticas por los maremotos del 26  de diciembre.

El plan Marshall original  fue impulsado en 1947 por el entonces secretario de estado de EE.UU., George Marshall, para ayudar a la recuperación de Europa después de la II guerra mundial.

El plan contribuyó a que los años de la posguerra fueran el periodo de mayor  crecimiento económico en la historia de Europa.

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Se calcula que en total el plan supuso  una ayuda de 13.000 millones de dólares entre 1947 y 1952.

A EE.UU. le preocupaba un desplome de la economía europea pues provocaría a su vez una caída en picada de la dominante economía norteamericana -Estados Unidos representaba el 50% del producto interno bruto del mundo entero-  pues no podría vender nada a una Europa en quiebra.

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Redujo además las oportunidades políticas del comunismo en Europa occidental.