Mahmud Abbas, favorito en las elecciones  presidenciales palestinas del próximo domingo, criticó ayer en Naplusa a la Infifada armada, pero subrayó que defenderá los derechos de su pueblo en las negociaciones que pretende reanudar con Israel.

Naplusa, en Cisjordania, es una de las cunas de la resistencia palestina.

“Apoyamos la Intifada y la necesitamos, pero nos oponemos al uso de las armas”, aseguró Abbas, cuyo nombre de batalla es Abu Mazen, en un mitin de 5.000 personas en la universidad Al Najah.

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“Mis palabras son condenadas por algunos palestinos. Estoy acostumbrado y solo tengo miedo de Alá”, ya había asegurado Abbas en una entrevista publicada por el diario israelí Maariv.

Pero Abbas recordó que defenderá los derechos esenciales del pueblo palestino como la seguridad, el fin a la ocupación y la recuperación de Jerusalén y la liberación de los 8.000 presos políticos que están en cárceles hebreas.

Además garantizó que tras las elecciones reactivará la Hoja de Ruta, plan internacional de paz para la región que aún no ha podido aplicarse.

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Recibido entre vítores, Abbas no se salvó de las críticas, pues Nasser Jatib, líder de las brigadas de los mártires de Al Aqsa, recordó al candidato que no renunciarán a la lucha armada “hasta que Israel no salga de nuestros territorios y termine sus asesinatos”.

En la segunda Intifada, desde septiembre del 2000, han muerto 4.672 personas: 3.627 palestinos, 970 israelíes y 75 de otras nacionalidades.