El poco mobiliario con que cuenta este plantel fue donado y se encuentra en malas condiciones.

La escuelita de la lotización Washington García, ubicada al noreste de la ciudad, es tan pobre que no tiene ni nombre, y sus alumnos reciben clases en un cerramiento con cañas, plásticos, pedazos de zinc, puertas y ventanas recicladas.

El plantel fue inaugurado en mayo del 2004 con 130 alumnos ante la necesidad de un centro de estudios para los niños y niñas de esta lotización, surgida como invasión hace un año en el suburbio noreste de la ciudad.

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Comenzaron con una pared de caña donada por el dueño de los terrenos invadidos, Ángel García, y los padres de familia reciclaron lo que pudieron para levantar el resto.

“Al principio los niños se sentaban en cajas de cola, en troncos, piedras o ladrillos, poco a poco gestionamos más cosas”, relata Olga Cuenca, directora de la escuela.

Luego consiguieron donaciones de 20 pupitres bipersonales y 9 sillas por parte de los colegios 9 de Octubre y Machala; cinco sillas unipersonales de plástico del colegio particular Siglo XXI; tres mesas y 15 mobiliarios (escritorios, anaqueles, etcétera) de parte de Rocío Vaca; y 20 mobiliarios bipersonales por Richard Cartuche. La mayoría de las donaciones es material de segunda mano y en su primer año lectivo ya se encuentra en malas condiciones.

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Incluso los maestros son voluntarios porque de los nueve existentes dos son un aporte de las Fuerzas Armadas, uno lo paga el Municipio y otro el Consejo Provincial; los cinco restantes esperan un nombramiento de la Dirección de Educación.

Pero los problemas no terminan allí, la mayoría de los alumnos viene de hogares con problemas, un ambiente de insalubridad y extrema pobreza. Hay niños que acuden hasta sin zapatos, porque no tienen, y no se les exige uniforme. “Hay mucho maltrato infantil, chicos que requieren un psicólogo, tenemos una niña a la que su madre la tuvo cuatro meses encadenada, la rescatamos y hoy vive con su abuelita, pero aún tiene secuelas, es retraída y asustada”, expresó la directora.

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Los chicos sufren problemas de agresividad, dificultades de aprendizaje, y de lenguaje, timidez (algunos ni siquiera saben sus nombres completos); además de parasitosis, desnutrición y granos en la piel.

A esto se suma que, como no hay guardería infantil en el sector y muchas madres trabajan, los estudiantes llevan al plantel a sus hermanos menores de 5 años, que pasan las mañanas en la escuela.

MARGINAL

SIN SERVICIOS
En la lotización no hay alcantarillado, usan pozos sépticos o letrinas; en la escuela hay un retrete que no cumple las condiciones mínimas para funcionar.

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COMITÉ
Para buscar mejoras se formó un Comité de Gestión integrado por moradores y padres de familia, con el objeto de conseguir las escrituras y poder construir el local ofrecido por el Fondo de Solidaridad.

AYUDA
El comité pidió a la ciudadanía la donación de material pedagógico, sillas, pupitres, zinc y ropa para los menores.