Con gran pesar veo todos los días la constante lucha de los conductores de ambulancias, tratando de abrirse paso entre vehículos y buses, en calle que por su proximidad al hospital Luis Vernaza de Guayaquil, deberían estar libres del embotellamiento del tránsito.

Sin duda, por no ser el pellejo de uno de los nuestros el que “corre” avanzando por la calle Padre Solano hasta bajar a Baquerizo Moreno (y creo que esta es la peor parte), no consideramos, y menos áun, tomamos medidas para subsanar el problema de los móviles en su trayecto a emergencia.

Sabemos que en esas fracciones de minutos podemos lograr salvar una o varias vidas. Es imprescindible que los que están a cargo de la circulación vial de las calles cercanas a dicho hospital, puedan idear o perfeccionar una manera más veloz, menos trabajosa, y mejorada de arribar a la urgencia. Ojalá mi carta haga eco para que se logre mejorar el trayecto y las afueras de ese perímetro.

Publicidad

Fernando A. Ortiz Larco
Guayaquil