La asonada del movimiento ultranacionalista Etnocacerista, que se tomó el pasado 1 de enero un cuartel policial en el sur de Perú, desnudó las debilidades de la democracia peruana, según analistas.

Se trató de la crisis más seria de Toledo, a quien le restan menos de 18 meses en el poder y tiene 9% de popularidad.

El sociólogo Nelson Manrique, uno de los pensadores más reconocidos de Perú, dijo que la rebelión puso en evidencia el deterioro de la democracia peruana y demandó refundar el pacto político para evitar una mayor violencia.

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El congresista izquierdista Javier Diez Canseco Cisneros indicó que el caso evidenció la crisis de legitimidad que atraviesa el gobierno peruano.

Mercedes Cabanillas, también congresista, del socialdemócrata APRA, principal fuerza de oposición calificó a Toledo de ineficiente por ser “incapaz de resolver una crisis que se veía venir”.

El analista Mirko Lauer advirtió en el diario La República que “la perspectiva más verosímil (del caso Antauro Humala) un remake de gestas electorales etno-putchistas como las de Hugo Chávez en Venezuela, Lucio Gutiérrez en Ecuador o Evo Morales en Bolivia, está diferida pero muy concreta”.

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Horas antes de ser detenido, Humala dijo que compara sus acciones con las de Chávez y Gutiérrez, al señalar que los presidentes ecuatoriano y venezolano, que lideraron golpes militares en sus países antes de gobernarlos, “representan una generación de oficiales que buscan extirpar la corrupción de la clase militar surgida en la Escuela de las Américas de Panamá dictada por Washington”.

Humala descartó fines electorales y precisó: “Somos oficiales de mando medio que queremos poner fin al colapso moral de la vieja generación de militares en Latinoamérica vinculados al narcotráfico y crímenes de guerra”.

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Antauro Humala fue detenido la noche del lunes mientras negociaba su rendición y los 150 ex soldados que lideró en la toma del cuartel policial de Andahuaylas, depusieron ayer sus armas. La asonada dejó como saldo la muerte de cuatro policías y de un rebelde.

El ex militar lidera junto a su hermano Ollanta, que realizó un levantamiento similar contra el ex presidente Alberto Fujimori en el 2000, al ultranacionalista Movimiento Etnocacerista, que reivindica el poder para “la raza cobriza” (indígena), el “antichilenismo” y un “Nuevo Perú” con reivindicaciones territoriales del imperio Inca o Tahuantinsuyo.

Fue fundado por Isaac Humala, padre del hoy detenido, y toma su nombre del ex presidente de Perú Andrés Avelino Cáceres, que luchó en la guerra con Chile (1879-1883).