A cuatro aumentó ayer el número de fallecidos por la explosión registrada la tarde del pasado lunes en una vivienda de la cooperativa Guayas y Quil del Guasmo Sur, en Guayaquil, donde se fabricaban elevadores (juegos pirotécnicos) para ahuyentar aves de las camaroneras.

Los fallecidos son: Eladio Máximo Chóez Cajape, de 40 años; Santiago Morales Vásconez, de 21; John Morales Suárez, de 40; y Santiago Soriano, de 22. Los dos primeros murieron en el lugar de la explosión y los dos últimos en el hospital Luis Vernaza.

Entre los heridos constan: Manuel Bolaños, de 47 años; Segundo Guamán, de 35; Martín Araujo Fajardo, de 40, quienes permanecen con graves quemaduras en el área de cuidados intensivos del Luis Vernaza, donde además fue atendido con heridas leves Lisandro Zambrano.

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El jefe del departamento de Control de Armas de la II División de Ejército Libertad, coronel Carlos Granja, confirmó ayer que en 1996, después de una inspección hecha por Inteligencia Militar, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) concedió a Luis Felipe Ramos Carbo la autorización para que instalara una fábrica de juegos pirotécnicos en el sitio indicado, permiso que fue renovado en los últimos ocho años tras las verificaciones anuales que realizaron sus inspectores.

No obstante, moradores del sector y familiares de Víctor Vásconez, aseguraron que tanto la casa siniestrada como el negocio pertenecían a este último desde hace 18 años.

Granja citó el artículo 60 del Reglamento a la Ley de Fabricación, Importación, Comercialización y Tenencia de Armas, Municiones, Explosivos y Accesorios, para deslindar la responsabilidad de las FF.AA. en el hecho. “Toda persona natural o jurídica que adquiera explosivos es responsable por su correcto y exclusivo uso”, dijo.

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Sin embargo, el artículo 24-A, de ese reglamento, establece que los locales en donde se produzca y almacene pólvora, explosivos, y otros productos, no deben estar ubicados en centros poblados.

El Guasmo Sur empezó a poblarse en la década de 1970. Granja dijo que tal vez esta observación no la realizaron los inspectores al momento de conceder la renovación del permiso, pero que están investigando las causas de la explosión.

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Por su parte, el jefe del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, Jaime Cucalón, volvió a responsabilizar ayer al Comando Conjunto de las FF.AA. de la explosión. “Ellos tienen que explicar por qué está en media ciudad una fábrica de este tipo. Son los únicos autorizados a otorgar estos permisos”, afirmó.

Familiares de las víctimas empezaron a retirar ayer los cadáveres de la morgue de la Policía. Daniela Vásconez, sobrina de Víctor Vásconez, a quien se señala como dueño de la casa siniestrada y del negocio, recordó que en el instante de la explosión su tío estaba recogiendo los cartuchos (para elaborar los elevadores) en la planta alta donde residía con su esposa Olga Criollo y los hijos de ambos de 10 y 13 años, quienes resultaron ilesos. Abajo, dijo, estaba su primo Santiago Morales y otros siete trabajadores.