Un estudio reveló que el rechazo a los inmigrantes en España aumentó, en especial desde el 2000.
La xenofobia aumentó en los últimos ocho años en España, según un estudio sociológico que citó ayer el diario El País.
La proporción de españoles que se declararon “reacios” a la comunidad de inmigrantes pasó del 8% en 1996 al 32% en el 2004, indicó el estudio de un maestro de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid titulado La actividad de la xenofobia en España.
Tres millones de extranjeros viven en España, que cuenta con 43,2 millones de habitantes. España conoció estos últimos diez años una importante afluencia de inmigrantes, especialmente latinoamericanos y marroquíes.
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Los sentimientos de rechazo al extranjero aumentaron sobre todo a partir del 2000, añadió el estudio.
La xenofobia es más fuerte en aquellas regiones con mayor densidad de extranjeros, como el archipiélago de las Canarias, y se manifiesta entre personas de mayor edad, electores de derecha y ciudadanos poco instruidos y de bajo nivel social.
Las comunidades que despiertan mayor rechazo son aquellas que más aumentaron en los últimos años y que presentan menos lazos culturales con España.
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Los marroquíes son los más rechazados, le siguen los del África negra y los asiáticos.
El gobierno español aprobó el jueves pasado un mecanismo excepcional y temporal de regularización de los inmigrantes empleados ilegalmente que podría beneficiar a unas 800.000 personas.
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El ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, calculó el domingo pasado que España podía absorber un porcentaje de inmigrantes de entre 8% y 10% de su población, contra el 6,7% actual.
“Esta cifra tiene en cuenta las posibilidades de integración y de funcionamiento de nuestro sistema”, declaró el ministro al diario madrileño El País.
Caldera afirmó que los inmigrantes tuvieron un efecto positivo en el empleo y permitieron frenar la pérdida de competitividad de España.
Según el funcionario español, una de las ventajas del proceso de regularización es que se conseguirá “frenar a las mafias que trafican con personas, ya que el principal elemento que los moviliza es el trabajo irregular”.
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En la entrevista a El País, el ministro español de Trabajo dijo que entre los beneficios que tendrán los inmigrantes una vez regularizados están la obtención de la tarjeta sanitaria con la cual podrán acceder a los servicios de salud pública, a más de capacitación para el empleo y la escolarización de sus hijos.