El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió atender a los niños afectados psicológicamente por el tsunami.

Carol Bellamy, directora del organismo, destacó que en los países afectados los niños son secuestrados por guerrillas, mueren por neumonía o son abusados en los campos de refugiados.

Mientras las agencias humanitarias aceleran sus esfuerzos para llevar ayuda a las zonas del sureste asiático afectado por el tsunami, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pidió poner especial atención a los niños afectados por la tragedia.

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“Es difícil imaginar el miedo, la confusión y la desesperación de los niños que vieron su mundo desaparecer con las enormes olas”, dijo Carol Bellamy, directora del organismo. La Unicef calcula que una tercera parte de los fallecidos en la región, que ayer subió a 144.970, son niños y la preocupación sobre la población infantil va más allá de las necesidades materiales básicas de techo, comida y agua.

El gobierno de Sri Lanka, donde los niños representan el 40% de las víctimas fatales, solicitó ayuda profesional de doctores, psicólogos y pediatras para asistir a los huérfanos del desastre.

En una visita a la costa de Sri Lanka, Bellamy también se refirió a la desolación de padres que se acercaban al mar con la esperanza de encontrar a sus hijos. “Creen que los niños están vivos y que el mar los devolverá algún día. Nunca he visto una tragedia como esta. No quieren aceptar que sus niños están muertos”.

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La Unicef está preparando un programa nacional en Sri Lanka para juntar a huérfanos con padres que han perdido a sus hijos y la alcaldía de Roma (Italia) invitó a la ciudadanía a adoptar a la distancia un huérfano del maremoto y creó una oficina para trámites del llamado “apadrinamiento”.

Mientras tanto, los riesgos que corren los niños en la región varían de país en país.
En Sri Lanka enfrentan la amenaza adicional de minas que fueron desenterradas por las aguas de la inundación y se ha informado de abusos sexuales de niños en campamento de refugiados.

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En Banda Aceh (Indonesia) llegan informaciones de niños que mueren de neumonía después que han consumido agua contaminada.

En India, las agencias de asistencia expresaron su preocupación por la separación de huérfanos entre parientes ansiosos de recibir el dinero prometido para los sobrevivientes del tsunami.

“El trauma de perder a padres, hermanos y hermanas estará con ellos durante años. Pero jugar con amigos los ayudará a recuperarse, los huérfanos necesitan fundamentalmente dos cosas: agua potable y tiempo para jugar”, señaló Bellamy.

Duwani, de 9 años, juega con un rompecabezas en el campo de refugiados para niños en el bastión de los rebeldes tamiles en Kilinochchi (Sri Lanka).

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Ella fue afortunada porque ocho de sus compañeros de escuela fueron arrastrados por el tsunami.

“Me gustan mucho los juegos”, dijo tímidamente en su idioma tamil nativo, mientras Bellamy inspecciona un hogar para niños con discapacidades mentales que se ha convertido en un improvisado refugio de 36 niños. “Hemos escuchado casos de niños en Indonesia que han sido recogidos por adultos desconocidos”, indicó David Belle, director de Unicef en Gran Bretaña.