Autoridades asiáticas analizan suspender la  búsqueda de sobrevivientes y enfocar los esfuerzos para distribuir ayuda a los millones de damnificados y en la lucha contra las enfermedades.

La distribución de ayuda cobró ímpetu y las labores de rescate fueron abandonadas ayer en Asia, a medida que las autoridades descartaban la posibilidad de encontrar más sobrevivientes del sismo y maremoto que dejaron más de 130.000 muertos.

Las cuadrillas de rescate se concentraron en el epicentro de la catástrofe, en Sumatra, adonde los helicópteros militares de EE.UU. llevaron comida y agua a los aldeanos hambrientos y desplazados.

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Hay pocas posibilidades de hallar más sobrevivientes una semana después de la tragedia en el océano Índico.

Una semana después del maremoto que arrasó el sudeste asiático causando más de 130.000 muertos según el último balance, el mundo realizaba ayer una verdadera carrera contra el reloj para socorrer a millones de damnificados e impedir las epidemias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el sábado la aparición de las primeras enfermedades contagiosas en las regiones afectadas por los tsunamis del 26 de diciembre, donde hay unos cinco millones de desplazados.

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Como resultado de un movimiento de solidaridad excepcional, la ayuda mundial se acerca a los dos mil millones de dólares.

Sin embargo, dos grandes diarios estadounidenses, The Washington Post y Los Angeles Times, denunciaron ayer la lentitud con la cual reaccionó a la catástrofe el gobierno de George W. Bush y lo llamaron a aprovechar la ocasión  para mejorar su imagen ante los musulmanes, especialmente en Indonesia.

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Sin esperanza
Los balances de víctimas y afectados por la tragedia continúan creciendo: miles de personas siguen desaparecidas casi sin esperanza de ser halladas y las Naciones Unidas estiman que los maremotos podrían haber provocado 150.000 muertos, subrayando  que la cifra “absoluta y definitiva”, probablemente, nunca se conozca.
La distribución de ayuda reemplaza ahora a las labores de rescate abandonadas de a poco.

“Hay pocas posibilidades de hallar sobrevivientes después de siete días”, señaló Lamsar Sipahutar, director del equipo de búsqueda de Indonesia.  

Pero horas después, el pescador indonesio Tengku Sofyan, de 24 años, que quedó atrapado debajo de su lancha tras el maremoto fue encontrado vivo, aunque gravemente deshidratado. Es la primera víctima descubierta viva desde el pasado viernes.