Por muchos años, quemar simbólicamente cada año que termina (como lo acabamos de hacer) ha sido aceptado sin objeciones.

Finalmente han quedado los despojos: clavos, asfalto quemado, y lo más alarmante, una gran cantidad de gases tóxicos que contribuyen al ya grave calentamiento global.
Los “pirociudadanos” gastaron en muñecos, explosivos, combustible y expusieron su salud y la integridad física de quienes observaron y escucharon ese estruendoso espectáculo.

Estamos a tiempo para que desde este enero del 2005 se emprenda una campaña por los medios de comunicación, municipios, fundaciones ambientalistas, Ministerio del Ambiente, para establecer medios más creativos y menos contaminantes para celebrar el fin de año próximo.

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Martha Espinoza Peña
Guayaquil

Creo que es importante reconocer las cosas buenas que hacen en nuestra ciudad. Por eso quiero felicitar al Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y a quienes emprendieron la campaña para el control (eliminación) de la utilización de camaretas, petardos y otros artefactos explosivos que han sido utilizados de manera irresponsable.

En el pasado era común escuchar, durante todo el mes de diciembre los explosivos que eran utilizados por niños, jóvenes  y adultos insensatos, como una manera errónea de diversión y sin el menor respeto por el resto de ciudadanos.

Esperemos que este sea también el primer paso, para iniciar otras campañas como un efectivo control del ruido en nuestra ciudad.

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Ángela López Bocca
Guayaquil