La aflicción mundial por los miles de muertos en los maremotos en Asia marcaron un Año Nuevo sombrío, en el que los  fuegos artificiales y las celebraciones tradicionales fueron en  muchos casos reemplazadas por el duelo y las oraciones.

En Times Square, en el corazón de Nueva York, miles de personas  respetaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los maremotos,  antes de iniciar la cuenta regresiva de los últimos segundos de 2004, a medida  que la tradicional bola de cristal que simboliza la llegada del nuevo año  descendía sobre la multitud, seguida de fuegos artificiales y toneladas de  papel picado de colores.

Dos minutos de silencio
En Londres, el Big Ben repicó al iniciarse el 2005, mientras un  espectacular despliegue de luces deslumbraba a miles de personas  congregadas en torno al Támesis, pero también se observaron dos minutos de  silencio, lo que le dio un sombrío telón de fondo a las celebraciones.

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En París, los árboles y las farolas estaban cubiertas con crespones en recuerdo de las víctimas.

Países de diversos rincones del mundo perdieron ciudadanos en la tragedia  de Asia, ya que miles de turistas fueron arrastrados por las aguas en diciembre pasado.

Unos 600.000 alemanes desafiaron a la llovizna para celebrar en la puerta  de Brandenburgo.

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Fuegos artificiales
En Sydney (Australia) la primera gran ciudad que recibe el nuevo año, más de un millón  de personas observó los famosos espectáculos de fuegos artificiales en la  bahía, luego de guardar un minuto de silencio.

En Japón y Taiwan las celebraciones fueron normales.