Las especies animales y vegetales en las que Ecuador basa su economía, camarón, banano, peces, flores, etcétera, dependen de las bacterias, observa Robert Vera Gómez, tecnólogo de la Espol, quien lleva cuatro años investigando el uso de los microbios benéficos unicelulares para la recuperación del golfo de Guayaquil, estuarios, camaroneras y producciones agropecuarias.
El golfo de Guayaquil, describe el investigador, fue considerado el segundo más productivo del mundo después del río Nilo, hasta que toda la cadena alimenticia se degeneró por la tala de mangle, el uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes no orgánicos en arroceras y bananeras aledañas, el empleo excesivo de antibióticos y químicos en camaroneras.
Acabaron con las bacterias benéficas y dieron paso a la aparición de hongos, bacterias y virus patógenos que degradaron el medio ambiente, lo alcalinizaron, surgiendo enfermedades de todo tipo.
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Los trabajos del investigador sugieren que aplicándoles bacterias benéficas a los estuarios del Chone, Hualcopo en Huaquillas, Salado en Guayaquil, volveríamos a ser uno de los mayores productores de camarón.
Hace dos años y medio en el sector de Bajen (Guayas) empezó con un el grupo camaronero Santa Priscila e implantó esta tecnología. El estuario que se encontraba inerte, anóxico (sin oxígeno), en menos de dos años volvió a tener vida, la calidad del agua mejoró ostensiblemente y el mangle volvió a florecer.
El grupo camaronero que estaba camino a la quiebra duplicó las hectáreas de siembra (6.000 ha) y pasó a ser uno de los principales exportadores del crustáceo.
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La conclusión, afirma el investigador, es que las proteínas unicelulares y nutrientes de control inmunitario hechos por las bacterias son la clave de esta nueva revolución de mejorar el futuro productivo y hacer de la mancha blanca una cosa del pasado.
Con la multiplicación de estas bacterias benéficas y el empleo de la misma técnica en el arroz, banano, cacao, café y de cualquier renglón agropecuario, se evitará la disminución de la producción causada por el desbalance bacteriano, asegura Vera.
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Tecnología
Multiplicación
Existe la capacidad interna de multiplicar dos grupos de bacterias masivamente para un proyecto de recuperación del Golfo de Guayaquil, y otros estuarios afectados por la contaminación.
Ahorro
Esto representaría un ahorro inmedible para Ecuador, con beneficios visibles en la recuperación natural a los seis meses y dos años de implantada la tecnología.