Del norte al sur, las ciudades italianas decidieron limitar las fiestas de Año Nuevo en solidaridad con las víctimas del maremoto que devastó el domingo el sureste asiático provocando más de 125.000 muertos.
Las autoridades están muy preocupadas por la suerte de los 700 italianos de los que no se tienen noticias desde la catástrofe. Hasta ahora, se ha confirmado la muerte de 14 italianos.
"Esto no puede ser una fiesta de fin de año como las otras, estará enmarcada bajo el signo de la solidaridad", declaró este viernes el alcalde de Roma, Walter Veltroni.
En la capital, han sido anulados los tradicionales fuegos artificiales que son lanzados a medianoche desde la colina de Pincio.
Sin embargo, Roma mantiene los conciertos gratuitos aunque el ayuntamiento invita a los asistentes a hacer un donativo "aunque sea modesto", dijo Veltroni.
En Turín (norte), al ayuntamiento anuló un concierto público de la cantante Giorgia y la remuneración de los artistas estará destinada a ayudar a las víctimas del maremoto.
En Milán (noreste), la municipalidad anuló los fuegos artificiales ante la catedral, mantuvo el concierto y se guardará un minuto de silencio.
En Nápoles (sur), la ciudad de los fuegos artificiales por excelencia, el ayuntamiento anuló el espectáculo pirotécnico con el mar de fondo y destinó 76.000 euros a un fondo de solidaridad para ayuda de primera urgencia.