En un súbito afán moralizador, el presidente Gutiérrez envió el 3 de marzo pasado el oficio Nº 1264 - SGJ - 04 - 4414 a la fiscal General de la Nación, Dra. Mariana Yépez, indicándole que ha detectado la permanente e indebida apropiación de combustibles por muchos años, convirtiéndose en una forma de vida de ex funcionarios de alto nivel del sector petrolero.

Solicitó a la fiscal identificar y castigar a los implicados en los procesos de exploración y explotación del crudo nacional que han usufructuado los recursos públicos, perjudicando la ejecución de programas sociales.

Esta investigación implica a los ex ministros y subsecretarios de Energía; presidentes ejecutivos, vicepresidentes, miembros del CAD, directores y demás autoridades de Petroecuador y sus filiales que actuaron desde hace 15 años.

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Es importante anotar que no menciona a funcionarios de la DNH. ¿Será que ellos son burócratas modelos?

Los delitos a indagar la Fiscalía son: peculado, abuso de recursos, cohecho, concusión o enriquecimiento ilícito. Para el efecto solicitó aplicar el Art. Nº 219 de la Constitución del Estado, que manifiesta “el principio de que no habrá funcionario público exento de responsabilidades por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones”.

La situación en este ámbito no ha cambiado, es decir, continúan en la actualidad los robos de combustibles y el contrabando de gas por las fronteras norte y sur (motivo de la denuncia del Presidente).

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Pero, ¿el Ejecutivo ha hecho seguimiento de esta denuncia? ¿Han estado pendientes del caso?  Porque han transcurrido más de 9 meses y a la fecha no se vislumbra resultado de las investigaciones.

Por lo tanto, como un ciudadano interesado en saber la verdad de los hechos en el sector energético y porque la misma Constitución del Estado otorga obligaciones y derechos, solicito respetuosamente a la Fiscal General de la Nación dé a conocer al país el resultado de las gestiones realizadas sobre este escándalo.

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Es una oportunidad histórica para desenmascarar y castigar a los verdaderos culpables de la debacle en que se encuentra el sector petrolero. Las mafias e influencias políticas enquistadas en el poder deben terminar de una vez por todas.

Enrique Rosales Ortega
Santa Elena