Todos los ecuatorianos que ya hemos vivido algún tiempo y ya un poco cansados por el peso de los años, nos detenemos para mirar hacia atrás y ver cómo ha pasado el tiempo y dando una mirada a nuestra vida política, podemos darnos cuenta que la vaciedad de nuestra mente no ha cambiado.

Los hombres nos guiamos solo por las ambiciones del poder económico, no podemos hablar de ideales, ya que esta es una palabra desconocida para el hombre actual.

Una de las carreras más cortas y productivas es la política y esto conlleva al hombre a pisotear y ultrajar la dignidad de otros hombres si es que todavía la tienen.

Publicidad

He vivido 82 años en este maravilloso Ecuador y mi visa ya está terminando y no pretendo renovarla, porque se me ha ofrecido una nueva ciudadanía, donde hay una política diferente, sin insultos ni calumnias, ni juegos sucios, poco usual entre auténticos caballeros de la Patria.

Yo vi a mi padre cuando los carabineros le dieron sable en la época del presidente Martínez Mera, yo era muy niño pero aprendí a luchar por un ideal. Ahora solo hay una miseria de hombres equivocados dignos de lástima levantándose como líderes del pueblo indígena y salen a las calles, alzan su voz de protesta en nombre de Dios. Les ruego que lean la palabra de Dios y sepan que esa no es la voluntad de Dios, y que si quiere ser político, no tome el nombre de Dios.

Óscar Manuel Roldán Macías
Guayaquil