Equipos internacionales de ayuda llegaron este miércoles a las áreas devastadas por el tusnami que azotó al sudeste asiático, en una carrera contra el tiempo para evitar la expansión de enfermedades en una de las mayores operaciones de asistencia humanitaria de la historia.
 
Mientras los sobrevivientes enterraban a sus muertos en fosas comunes tras el arrasador maremoto que hasta el momento mató a 68.000 personas, equipos de ayuda de Japón, India, Israel, Rusia, Francia, Alemania y Taiwán trabajaban para restablecer el suministro de agua potable y mejorar las condiciones de salubridad.
 
Muchas localidades costeras y lugares turísticos, convertidos en escenario de muerte y devastación, permanecían inaccesibles al equipamiento necesario para remover los escombros y trasladar a los cuerpos, que despiden un olor pestilente que torna al aire irrespirable.
 
"Estamos especialmente preocupados por la gente de las áreas costeras más remotas, a las que es difícil llegar porque muchas carreteras y puentes han quedado destruidos", dijo Jeff Dick, director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Sri Lanka.
 
"Las líneas de comunicación siguen teniendo problemas y muchas carreteras clave para transportar alimentos están bloqueadas", agregó Dick.
 
Algunas áreas aisladas son el este de Sri Lanka, las remotas islas indias de Andaman y Nicobar y la provincia de Aceh, en el norte de Indonesia, cerca del epicentro del terremoto de 9,0 grados de magnitud que desató el tsunami.
 
Sri Lanka es el país más golpeado, con casi 22.000 muertos y 1,5 millones de personas sin hogar.
 
Las Naciones Unidas dijeron que estaban preparando el que podría ser el mayor pedido de donaciones de la historia para encarar las costosas tareas de ayuda.
 
La Cruz Roja Internacional está buscando conseguir más de 44 millones de dólares para enviar a los lugares afectados.   
 
Temor a enfermedades
 
Más de 40.000 personas permanecían alojadas temporariamente en 66 campos y refugios de la Cruz Roja en Sri Lanka y otras miles estaban evacuadas en templos, rezando para que no se produzcan más tsunamis.
 
Un funcionario de la Organización Mundial de la Salud advirtió que las enfermedades generadas por el desastre podrían llegar a matar igual cantidad de personas que las que mató el maremoto.
 
Equipos de la Cruz Roja especialistas en agua y salubridad viajaron a Sri Lanka e Indonesia para asegurar el acceso al agua potable de manera de evitar la expansión de enfermedades, especialmente la malaria.
 
Una flota internacional de embarcaciones navales se dirigía el miércoles a los países golpeados por el tsunami con alimentos, tiendas de campaña y cientos de toneladas de bolsas de plástico para colocar los cadáveres.
 
El Pentágono dijo que envió 12 navíos, incluyendo al portaaviones USS Abraham Lincoln y un submarino, a la región.
 
"Esta es la mayor catástrofe en décadas. Aún no hemos visto la punta del iceberg", dijo el secretario general de la Cruz Roja Internacional, Markku Niskala.