Ha dicho que no necesita atención, pero durante semanas el actor Don Cheadle se ha reunido con muchas personas, ha estrechado manos y practicado el politiqueo de Hollywood para persuadir a los votantes de los premios Oscar que vean su nueva película, Hotel Ruanda.

El actor está inmerso en la campaña del Oscar –entrevistas con los medios de comunicación y apariciones públicas, entre otras actividades– porque cree que una candidatura supondrá más audiencia para una película que trata un tema serio y perturbador: el genocidio de Ruanda de 1994.