El Gobierno argentino se comprometió este martes a profundizar sus intentos para que Hilda Molina pueda reencontrarse en Buenos Aires con sus familiares y confirmó que hizo gestiones diplomáticas a través de España para hallar una solución al caso de la médica cubana a la que se le impide salir de su país.
 
Así lo aseguró Roberto Quiñones, el hijo de Molina, al cabo de una reunión que mantuvo esta noche en la sede de la Cancillería argentina con el ministro de Relaciones Exteriores de este país, Rafael Bielsa, y algunos de sus colaboradores.
 
Quiñones, cubano nacionalizado argentino, sostuvo además que transmitió a Bielsa su deseo de ser recibido por el presidente argentino, Néstor Kirchner, quien ha intentado mediar en el asunto con una carta enviada a su colega de Cuba, Fidel Castro.
 
"El Gobierno se ha comprometido a no darnos la espalda en este tema", afirmó el hijo de la neurocirujana, aunque dijo que no cree que "en el corto plazo" pueda reencontrarse con su madre, quien intenta desde hace una década viajar a Buenos Aires para conocer a sus nietos.
 
"Esperemos que el objetivo deseado pueda cumplirse en algún momento del año próximo", subrayó.
 
Las autoridades argentinas "nos han dicho que las dejemos trabajar, que tengamos fe en ellas", relató Quiñones, antes de manifestarse "muy conforme" con la reunión que mantuvo con Bielsa, quien, según indicó, le presentó a los funcionarios que actuarán como sus interlocutores en este caso.
 
Quiñones insistió en que su familia desea reunirse con Kirchner y, en ese sentido, dijo que Bielsa se comprometió a canalizar su pedido.
 
"Si el presidente fuera tan amable de invitarnos a tomar un café, a una reunión breve para plantearle nuestro punto de vista, de familia, sería de un gran agrado", remarcó.
 
Roberto Quiñones, que también es médico, comentó que Bielsa le ratificó que Argentina ha hecho "gestiones diplomáticas" ante el canciller español, Miguel Angel Moratinos, para intentar encontrar una solución al caso de su madre.
 
En un breve comunicado, la Cancillería argentina afirmó que "el gobierno sigue interesado en los aspectos humanitarios del caso y seguirá explorando por la vía diplomática todos los caminos que tiendan a la reunificación de la familia Quiñones".
 
El caso, que produjo un entredicho diplomático entre Argentina y Cuba, tuvo su pico de máxima tensión cuando hace dos semanas versiones de prensa indicaron que la neurocirujana y su madre habían pedido asilo político en la Embajada argentina en La Habana.
 
Hilda Molina aclaró posteriormente que había permanecido como huésped en la representación argentina ante un repentino problema de salud de su madre, de 84 años.
 
El conflicto diplomático costó el puesto de embajador argentino en la isla a Raúl Taleb y el de jefe de gabinete de la Cancillería a Eduardo Valdés, a quienes Kirchner ordenó cesar.
 
La neurocirujana de 61 años alega que la negativa a darle el permiso para viajar se debe a que en 1994 renunció al puesto de directora de un centro médico especializado, lo que bastó para que fuera considerada una disidente por el régimen cubano.
 
En la carta de respuesta a la misiva del presidente argentino, Castro ofreció a los Quiñones viajar a Cuba para pasar la Navidad con Molina, propuesta que fue rechazada de plano por la familia.