La nieta de la reina Isabel de Inglaterra, quien no tiene título nobiliario, gusta de la hípica. Ella compite como jinete.

La guapa y rebelde Zara Phillips, nieta de la reina Isabel II de Inglaterra, planea casarse con la estrella del rugby inglés Mike Tindall,  publicó el pasado domingo el sensacionalista Sunday Mirror.

Según el periódico, que cita como fuente a un amigo no identificado del deportista, Zara, de 23 años, y Tindall, de 26, se comprometieron en secreto el pasado mes, aunque anunciarán oficialmente sus intenciones en  Año Nuevo.

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“Mike le propuso matrimonio a Zara hace varias semanas, si bien todavía no se ha hecho oficial”, dijo la citada fuente.

La joven, hija del capitán Mark Phillips y de la princesa Ana de Inglaterra, y su amor eligieron un anillo de diamante tradicional para marcar el acto formal de petición, informó el diario.

Zara, undécima en la línea de sucesión a la corona británica, comparte con su pareja la pasión por los deportes, sobre todo la hípica.

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De hecho, la nieta de la Reina, que no tiene título nobiliario, compite como jinete y estuvo a punto de clasificarse para el equipo ecuestre británico que participó en los Juegos Olímpicos de Grecia.

Zara, que es gran aficionada a las fiestas nocturnas y luce de vez en cuando vestidos generosos de escote que han acaparado más de una portada en la prensa de este país,  decidió  finalmente “sentar  cabeza”,  indicó el Sunday Mirror.

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La noticia del diario coincidió con una nueva travesura de la joven, que acudió el domingo  en minifalda, junto a la reina y otros miembros de la familia real, a una misa oficiada en Sandringham, en el sureste de Inglaterra y residencia navideña de Isabel II. La joven causó sensación con su atuendo de los sesenta.

La rubia hija de la princesa Ana, de 23 años de edad , parece tener una inclinación por los deportistas, ya que antes de su  romance con Tindall, tuvo una relación sentimental de tres años con el jockey Richard Johnson.
 
A su nuevo amor, Tindall, lo  conoció en noviembre del 2003 en Australia, después de que el equipo inglés ganara la copa del mundo de rugby.